Adrienne...

Él pone una mano en frente de mi y usa la otra para continuar sosteniéndome, deja que sus dedos me lleven al éxtasis mientras sigue dando embestidas. Nuestros cuerpos se mecen juntos en tándem, la cadera de Landon golpea la mía causando una deliciosa fricción contra mi sensible grupo de nervios. El estrés del día desaparece, mientras mi esposo se pierde en la sensación de mi cuerpo y en el placer que me está dando.

—Eres perfecta, señora Downey.

Olas de placer y liberación se estrellan sobre nosotros dos y ambos soltamos quejidos silenciosos, él suspira temblorosamente y su cuerpo se relaja sobre el mío mientras que reparte pequeños besos en mi cuello, con cuidado sale y me abraza hacia él.

—Mi amor por ti crece cada día más, superando cualquier medida.

Al salir del cuarto en el que estábamos ,en el patio nos recibe una pareja para felicitarnos, parecen de la misma edad de nosotros. Aunque el chico es un poco más alto que Landon, tiene los ojos verdes, barba meticulosamente cortada y cabello castaño, un semblante enigmático, misterioso y serio. Mientras que la chica es de mi estatura, ojo claro, cabello marrón y una linda sonrisa. La chica parece más amigable que el sujeto, aunque Landon saluda al chico con efusividad.

—Vaya vaya Downey jamás creí ver este día... —le dice el chico mientras lo abraza con un semblante serio.

—Que te digo yo nunca imaginé ver al gran Alonzo Grant en un evento como este —le contesta Landon con una sonrisa.

—Digamos que le he dado una oportunidad a este tipo de eventos... —dice Alonzo con un tono sarcástico, observando el alrededor como si fuera un lugar de otro planeta.

—Ya lo veo amargado —suelta Landon con una carcajada viendo como su amigo parece estar no muy contento con tanta gente a su alrededor —Te presento a mi bella esposa, Adrienne Downey.

—Mucho gusto Adrienne, de verdad jamás creí ver a mi amigo casándose, pero debo de admitir que mereces un monumento por aguantarlo todos los días...

—Y lo hago con mucho gusto —contesto con una sonrisa sincera, dándole un pequeño beso a Landon en su mejilla.

—Ella es Arabella... —suelta Alonzo con una media sonrisa y un tono bastante misterioso, mientras toma la mano de la chica con suavidad.

—Mucho gusto Adrienne, te ves hermosa con tu vestido —dice con una sonrisa Arabella.

—El gusto es mío, a mi me encanta el tuyo Ara.

—Gracias... —puedo ver como sus mejillas se tiñen de rojo, sin duda alguna es muy bonita y aunque Alonzo no la presento como su pareja, se puede sentir la química de ellos dos desde miles de kilómetros.

—Bueno los dejamos para que disfruten, que tenemos una gran noche por delante... —dice Landon con una sonrisa brillante, no luce para nada cansado.

—Muchas felicidades y que disfruten su luna de miel —nos dice Alonzo con un breve asentimiento de cabeza.

Cuando nos alejamos de ellos y caminamos hacia la salida, mi curiosidad no puede más —¿Quién es él cariño?

—Es Alonzo Grant, un amigo que conocí en la universidad que actualmente es dueño de una cadena de hoteles.

—Oh, eso suena muy importante amor, ¿Siempre tiene ese semblante de seriedad en su rostro?

—No... —Landon se queda por un momento callado antes de continuar —Él era el chico más divertido que pudiste haber conocido, un chico popular pero precavido, siempre acompañado por sus otros dos hermanos. Él era uno de mis mejores amigos de la universidad y éramos cercanos realmente hasta que su madre falleció y se volvió otra persona, se alejo de todos. Incluso se inscribió en el servicio militar y perdió una pierna en el servicio, desde ese entonces el chico sonriente al que conocí desapareció. Ha sufrido mucho y no lo juzgo por tener ese semblante realmente, no me imagino ese sufrimiento pero me alegra que haya venido acá y más con una chica. Espero que esa chica lo ayude a sanar y que vuelva a ser el Alonzo que todos conocimos.

Una señal del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora