32. Labios rotos

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Adrienne Lively:

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Adrienne Lively:

Landon me carga como toda una princesa y me lleva a mi habitación. Dentro me quita solamente las bragas, debo de admitir que el proceso es agonizantemente lento. Lo extrañe demasiado, quiero estar tan cerca  de él cómo solo dos personas cegadas de pasión pueden estarlo.

—Quiero apreciarte, tomarlo con calma y mostrarte —diría Landon con lujuria.

—¿Mostrarme qué? Vas demasiado lento, quítate los pantalones.

Landon se ríe y me toma de las manos. Las levanta en el aire y captura mi boca en un beso para detener mi serie de preguntas, sus labios susurran contra mi oído.

—Mostrarte que eres mis labios rotos Adrienne Lively...

Quiero discutir, anhelo arrancarle la maldita ropa de encima, hace días que no lo veo, necesito sentirlo cerca para que mi incertidumbre desaparezca. Es tentador pasar mis dedos por su cabello y acercarlos para un beso, pero me quedo quieta y espero pacientemente por él. Soy recompensada cuando las puntas de sus dedos rozan mis costados, sobre mis costillas, para levantarme un poco el vestido. Su respiración acaricia mi estómago.

—Landon...por favor, te necesito.

—Sé paciente —sus labios pasan por mi estómago dejando su rastro ardiente, pasan sobre mi esternón y entre mis pechos mientras sus manos suben mi vestido cada vez un poco más.

Finalmente la tela se ha ido y soy libre de usar mis manos. Le tiro de la camisa y él me obedece encogiéndose de hombros y quitándosela. Piel a piel, finalmente puedo respirar. Nos caemos sobre la cama, sus pantalones ya no están. Pasa sus dedos por mis muslos y yo lo acerco hacía mi usando mis piernas, es una batalla de paciencia.

Él está ganando...

Cuando finalmente se desliza dentro de mí, puedo sentir por todo mi cuerpo, alivio y deseo. Gimo su nombre contra sus labios, animándolo a ir más rápido. De pronto se pone frenético y me doy cuenta que no lleva puesta su protección...y que yo he olvidado tomar las pastillas desde que se fue.

Espera...cariño...no...no dentro de mí, ¿ok? no es seguro —le diría con la voz entrecortada.

Landon me mira fijamente a los ojos, sus ojos se encuentran vidriosos, ebrios de pasión. Su boca cambia y tiene una expresión de determinación y mi estómago se aprieta por la intensidad. Me embiste con fuerza y yo suelto el sonido suave al que parece ser adicto. Él se detiene, ambos corazones laten al unísono.

—Dime que me amas Adrienne...

Parpadeo, mi cerebro está tratando de entender lo que está pasando en este instante.

—¿Qué? —le preguntaría confundida absorta en la pregunta que me acaba de hacer.

Dime...que estás enamorada de mí...de la misma manera en la que yo estoy enamorado de ti.

Una señal del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora