—¡No! ¿Cómo? No pueden estar hablando en serio —exclamaría con impresión Kath.

—Sí, nos enteramos el otro día —confirmaría Landon con una sonrisa.

—¡Esto es como una tragedia cómica! —agregaría Jay sin poder creerlo aún.

—Shakespeare no pudo haberlo escrito mejor —diría Kath.

—Pero todo resulto estar bien al final.

—Es surreal verdad, es decir ¿cuáles eran las probabilidades? —comentaría junto con un pequeño suspiro.

—Como una en un millón o mil millones ¡o lo que sea mil millones multiplicado por un trillón! Ustedes están más allá de la suerte —agregaría Jay con una sonrisa brillante.

Paso la siguiente hora poniéndote al día y charlando con mis amigos pero luego Martina me recuerda que aún necesito un vestido. Jay, Kath, Martina y yo nos amontonamos en un taxi y salimos de compras para el gran día.

—El dueño ha cerrado la tienda esta tarde para que puedas comprar sin interrupciones —comentaría Martina con tranquilidad.

—No sé si eso sea necesario, no quiero que pierda el negocio.

—Creo que Martina tiene la idea correcta, no tienes mucho tiempo. Una mujer que dirige las cosas con mano de hierro, es exactamente lo que necesitas para tener todo listo en solo dos días —susurraría Jay.

Dentro de la boutique de vestidos de novia más exclusiva de la ciudad, mirando con atención cada uno de los vestidos que cuelga de los exhibidores, mis amigos me acompañan en todo momento brindándome su apoyo y consejos mientras examino cada opción. De repente un vestido en particular llama mi atención, un vestido de seda blanca, con un escote de corazón, falda amplia con varias capas, los detalles del encaje en las mangas y en la parte posterior del vestido le dan un toque elegante y sofisticado. Me acerco al vestido de manera lenta y lo acaricio con delicadeza, sintiendo su suave textura. Después, me lo pruebo con la ayuda de una de las asesoras de la boutique. Cuando me miro al espejo, siento un cosquilleo en el estómago.

El vestido resalta mi figura, haciéndome sentir hermosa y radiante. La falda es ligera y fácil de mover, lo que me permitirá bailar toda la noche en mi boda sin preocuparme por sentirme incómoda. Al salir del vestidor todos parecen impresionados.

—¡Wow! Si me preguntaras, te diría que ese es el vestido. ¡Te ves preciosa! —comentaría Kath con una sonrisa.

—Estoy de acuerdo, nunca me he puesto algo que me haga sentir tan hermosa y especial —le respondería con una sonrisa.

—¿Ves? ¡Esto es perfección! Yo elegí esos vestidos, por cierto —agregaría Martina.

—¿Cómo sabías que me iba a enamorar de los estilos que elegiste? 

—Talento, cariño. Ahora vamos por los zapatos y la ropa interior para la emocionante noche de bodas —diría junto con un guiño.

Al caer la noche terminamos con todas nuestras compras restantes y volvemos al hotel para poder cenar y descansar para el gran día.

—No tenías que cargarme hasta mi habitación, sabes. Mis piernas funcionan bien —le diría a Landon con una tierna sonrisa al ver que me cargo todo el trayecto hasta nuestra habitación.

—Tengo que practicar para nuestra noche de bodas cariño, no quiero tirarte.

—Es un vestido muy elaborado, creo que vas a batallar.

—¿Qué tan elegante es? —preguntaría con curiosidad.

—Piensa en cenicienta.

—No puedo esperar para vértelo puesto. Y más importante, no puedo esperar para verte sin él —susurraría en mi oído de manera seductora.

—Quedan menos de cuarenta y ocho horas, sé que puedes lograrlo.

—No creo poder, cuarenta y ocho horas son una tortura —diría Landon como niño pequeño.

Bueno, no voy a romper mi promesa pero... —al quedarme callada subiría mis manos a su pecho y colocaría mis brazos alrededor de su cuello, presiono mis labios contra los suyos, exploro su boca con mi lengua, jugando un poco.

—Oh Dios, me vas a matar —me empujaría hacia la cama y ambos caemos sobre ella, su deseo es evidente y yo tampoco puedo evitar lo que siento en estos momentos por él. No podemos evitarlo, en un instante me ha quitado la ropa interior y me ha subido mi vestido por la cadera.

—Eres tan hermosa, tan perfecta... —susurraría en mi oído mientras su cara se hunde entre mis muslos, un gemido bajo se escapa de mis labios, se mueve lenta y deliberadamente mientras los delicados movimientos de su lengua amenazan con volverme loca —Puedo sentir lo mucho que me deseas.

Mis caderas se mueven y él me satisface al deslizar su dedo de manera suave y dulcemente dentro de mí, acaricia con delicadeza mientras continúa besando cada parte de mí, estimulando en todos los sentidos. Sus movimientos son implacables y están dedicados a buscar mi placer, cuando finalmente siento el calor burbujeando de una liberación próxima, le susurro.

—Landon, por favor... 

Repentinamente se detiene, me libera de las garras de su pasión y mi corazón late con fuerza anhelando más.

—¿Landon, por qué te detuviste? —le preguntaría con un puchero en mis labios.

—¿No desearías no haber hecho esas malditas reglas? —me preguntaría Landon con una sonrisa traviesa.

—¡No puedo creerlo! Me estás molestando —diría indignada.

—Te dije que me ibas a rogar por más —susurraría con arrogancia.

—No te rogué —le contestaría con enojo.

—Sonaba a que me estabas rogando cariño —diría mientras cruza sus brazos.

—Quítate, presumido idiota —le diría mientras intento quitármelo de encima.

—¿De verdad? ¿No vas a cambiar de opinión sobre esto? —me preguntaría con una sonrisa confiada en su rostro.

—Nop.

—En ese caso, será mejor que estés lista para nuestra noche de bodas, no vas a dormir nada —aseguraría con confianza.

—Cariño, necesitas quitarte —susurraría con una mueca en mi rostro.

—Amor, lo estoy intentando...

—No, voy a...

Me bajo de la cama lo más rápido que puedo y corro hacia el baño, en donde vomito todo lo que he comido en el día. Landon me sigue y me sostiene el cabello hacia atrás mientras mi cuerpo se arquea, después de eso logró cepillarme los dientes y noto que él está sonriendo.

—Cariño, ¿por qué me sonríes así? Me veo horrible —le comentaría sin entender el significado de su mirada.

—Yo solo estoy muy feliz mi amor, creo que mi plan b acaba de ponerse en marcha —agregaría con una sonrisa brillante en su rostro.

Me toma una fracción de segundo entender lo que está diciendo, he estado agotada últimamente y muy sensible durante los últimos días que realmente no me percaté de que podría ser otra situación.

—Espera...pensé que era por el estrés de la boda pero eso significa que estoy embarazada... —susurraría totalmente impresionada —Landon, ¿tú lo planeaste? 

Continuará...

Una señal del DestinoWhere stories live. Discover now