38.- Cena

6.5K 568 113
                                    

Mi marido me ha dicho que haga una minimaratón (último capítulo más epílogo) porque tenéis que leer el libro de Harry cuanto antes, así que aquí estoy. Hoy último capítulo y mañana (o pasado, cuando saque un ratito) epílogo. ¿Qué os parece? Las gracias a él, que yo no iba a subir hasta la semana que viene jajaja.

Por cierto, ya tenéis la portada y la sinopsis del libro de Harry en mi perfil, así que metedla en la biblioteca para no perderos nada.

¡Os quiero!

***

Riley

Cuando llaman a la puerta con los nudillos sé que es Juls. Me apresuro a levantarme, y casi corro hasta la puerta. No quiero parecer ansioso, pero a la mierda, si lo estoy, ¿qué más da que lo note? Abro la puerta y la veo ahí, con el carro delante. Voy a hablar, aunque no me deja hacerlo.

―Que conste que solo acepto la invitación a cenar y me niego a dejar que Ellie lea jamás de los jamases ese libro.

Empujo más la puerta y me aparto para que pase. Juls se pone muy roja cuando ve a mi madre, que se ha puesto de pie. Quiero reírme cuando empuja el carro hacia dentro, pasando a mi lado y aprovecha para darme un golpecito en el abdomen con el dorso de la mano. Se la sujeto un segundo, para ver el anillo. Se da cuenta y se pone aún más roja. Por suerte para ella mi madre se acerca a ver a la niña y dejo el tema ahí. Para después.

Mi madre coge a la niña en brazos y la abraza contra sí. Juls le ha puesto un abrigo de dinosauro, con la capucha como si fuera la cabeza de un T-Rex y está adorable.

―Cada día está más grande ―dice mi madre, mientras yo cierro la puerta y empujo el carro a un lado.

Friend viene corriendo desde el patio de atrás y saluda emocionado a Juls, que se agacha para acariciarle durante todo el rato que mi madre achucha a mi hija. Me muero por hacer lo mismo, pero me limito a ofrecerle algo para beber a Juls e ir a la cocina a buscárselo, cuando acepta un refresco.

No tardo en coger una bebida para Juls, pero la oigo hablar cuando me doy la vuelta y me quedo parado, como un cotilla de primera.

―No quería que os perdierais nada de ella, siento no habérosla dejado más, también sois su familia, y la familia es importante.

―Si me permites, querida, los dos habéis hecho el tonto, pero ¿quién está libre de eso? Estaré encantada de pasar más tiempo con ella cuando tú estés preparada. Y ahora, os dejaré solos, creo que tenéis mucho de que hablar.

―No quería echarte ―le dice Juls apurada.

―No lo has hecho. Nos veremos pronto.

Salgo entonces, para despedirme de mi madre. Le doy el refresco a Juls y cojo a la niña. Su peso me reconforta y me siento muy muy bien. Huele a hogar y a felicidad. Cuando mi madre se va, nosotros nos sentamos en el sofá. Juego con la manita de la niña, sin soltarla, está medio dormida, pero me mira con interés, o eso me parece.

―No sabía que estaba tu madre... ―me dice Juls, y me parece que quiere romper el hielo. No deja de acariciar a Friend, que parece que la ha echado muchísimo de menos.

―Ha venido a comer y hemos estado hablando mucho rato.

―Ah. ¿Todo bien? ―Parece nerviosa y se me escapa una pequeña sonrisa.

―Parece que fuimos una inspiración para ella y va a divorciarse.

―¡Riley! ―Usa tono de regañina―. Que he venido de buen rollo, no me parece bien que me eches eso en cara...

Hace algo parecido a un puchero que me hace reír con más ganas.

―No me refería al divorcio, cielo. Me refería a que la inspiramos cuando vio nuestro amor. Se dio cuenta de que no podía seguir atrapada en un matrimonio sin amor.

―Ah. Vaya. ¿Y cómo te sientes?

―Bien. Quizá si hubiera pasado el año pasado no la habría entendido, pero ahora sí, ¿sabes? Lo he pensado mucho estos días. Cuando las cosas se pusieron difíciles entre nosotros me rendí, porque eso es lo único que había visto, que el amor no merecía la pena, que cuando todo es difícil, es mejor alejarse. Así han sido mis padres siempre. Me arrepiento muchísimo de no haber ido, Juls, de hecho, me arrepiento de haberme dejado dominar por la rabia y haber pegado a Clark. Yo no necesitaba una prueba de ADN, incluso aunque no fuera mía, te querría igual, os querría igual, a las dos, en mi vida. No empezamos de la mejor forma, si al principio hubieras tenido dudas y hubieras elegido a otro... Me habría enfadado porque traicionases mi confianza, pero sé que te habría perdonado.

Me doy cuenta de que está llorando cuando alzo la vista de la niña hacia ella. Suelto la manita infantil y extiendo la mía para secarle las lágrimas con el pulgar. Apoya la mejilla en mi palma y respira despacio.

―Lo siento. Sé que también me porté mal, Riley, es que las hormonas me tienen un poco loca. Y te vi pegar a Clark y no lo entendí, porque me dijo que iba a disculparse contigo por haberse portado mal. Y de pronto le estabas pegando y... No lo entendí. Lo lamento.

―¿Qué tal si empezamos de cero? Bueno de cero no, con Ellie ya no es de cero, pero ¿y si empezamos de nuevo, sin reprocharnos nada, ni sentirnos mal? Los dos la cagamos, ahora, lo único que importa es si quieres darme otra oportunidad. Tener una boda de verdad, volver a dar pasos en la buena dirección, tener otro bebé...

Se ríe entre las lágrimas y sostiene mi mano con la suya. Me enseña el anillo, aunque ya lo había visto.

―Al menos esta vez hay anillo de compromiso, creo que ya hemos empezado mejor.

―También nos conocemos, eso también parece un buen paso. Y te amo, Julianna, he sido un idiota durante todo este tiempo, pero te amo con toda mi alma y creo que ya va siendo hora de que Ellie estrene su habitación.

―Yo también te amo, Riley, te he echado mucho de menos, casi no lo he soportado. Y no lo sabía, pero quiero tener una boda de verdad, y compartir cama contigo cada noche, y tener un montonazo de bebés.

Me río con ganas de su entusiasmo y la rodeo con un brazo, con cuidado de la niña que sigue en el otro. Los labios de Juls encuentran los míos cuando estoy buscando los suyos y nos besamos con las ganas de todo este mes separados. Ellie empieza a llorar poco después, pero me da igual, disfruto hasta cambiándole el pañal.

Y cuando la niña ha comido y está limpia, la dejamos juntos en su cuna. La habitación parece tan perfecta para ella que solo puedo abrazar a Juls por detrás cuando la está mirando y quedarme allí, con la mejilla apoyada en su cabeza, disfrutando de ver a la niña dormir junto a un peluche de un perrito que se parece mucho a Friend, quien se ha quedado aovillado junto a la cuna, de una forma protectora.

―¿Os quedaréis para siempre? ―pregunto a Juls, sin soltarla, sin quitar mi mejilla de su pelo, que me hace cosquillas en la nariz.

―Para siempre, Riley, te lo juro.

―Para siempre, Riley, te lo juro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Si en diez años...Where stories live. Discover now