30.- La elección no tan difícil

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¡Holis!

Me habéis preguntado varias veces si Harry tendrá libro, y sí, lo tendrá. Así que vengo con una oferta: Si llegamos a 175 votos en este capítulo antes de que suba el siguiente, os enseño la portada del libro de Harry :D.

***

Juls

He quedado con Clark y estoy nerviosa. Voy a su casa. El autobús es horrible y más con el barrigón que cargo ya, pero trato de llevar una buena filosofía, pese al paseíto hasta la parada. Si no me gustase tanto nuestra nueva casa, habría tenido un par de cosas que decir sobre que los ricos no necesiten paradas de autobús.

Riley se ha estado encargando de llevarme al trabajo casi cada día, pero con casi ocho meses y medio a cuestas, mi madre se ha negado a seguir dejándome entrar al restaurante. Supongo que son las ventajas de ser hija de la jefa. Quizá Riley ha hablado con ella, porque parecen bastante de acuerdo en que me dedique solo a mí y a Ellie.

El caso es que no le he dicho que he quedado con Clark, porque no quiero que se preocupe.

El autobús me deja a un paseo de casa de mi amigo, pero camino tratando de disfrutar del día. Hoy ha salido el sol, aunque hace bastante frío, me gusta sentir los rayos en la cara. Así que me centro en eso.

Y puede que decelere un poquito para no llegar a casa de mi mejor amigo. ¿Sigue siendo mi mejor amigo? Desde hace un mes con lo de la tubería de mi madre apenas le he vuelto a ver y siempre que nos cruzamos parece enfadado conmigo.

Al final llego, aunque no quiero llegar. Subo a su casa y llamo a la puerta. Me abre y me dirige una sonrisa tranquila, apacible, como si no hubiera pasado nada malo entre nosotros. Y debo tener las hormonas revolucionadas, porque solo logro abrazarme a él y llorar.

―Te he echado de menos, idiota ―le digo, dándole un golpecito cuando nos separamos.

―Y yo a ti, tonta. ¿Quieres tomar algo?

―Sí, lo que sea.

Entro en su piso y él prepara té para los dos y saca unos bollitos. Le pregunto cómo le va todo y habla durante un rato del trabajo y de que está buscando compañero de piso, aunque no le convence nadie.

―Quizá no alquile tu habitación, no sé, por si quieres volver... Me siento raro compartiendo piso con alguien más ―explica, con las mejillas algo rojas.

―No voy a volver, Clark ―le digo, con un suspiro.

Me siento idiota por pensar que las cosas iban a ser diferentes, que iba a dejar los celos y los comentarios maliciosos sobre mi marido.

―No lo sabes. Cuando tengas al bebé...

―Riley y yo estamos juntos. Juntos de verdad ―le corto, con tono más duro de lo que pretendo―. No vamos a romper cuando nazca el bebé. Pero aunque lo hiciéramos... Me buscaría algo por mi cuenta, Clark, no volvería aquí. Eso no está bien.

―¿Por qué no? ―pregunta, apretando los dientes.

―Porque creo que sientes algo por mí.

―¿Qué dices? ―Entreabre un poco los labios, pero sus ojos me rehúyen.

―Lo siento si alguna vez te he hecho daño o has pensado que entre nosotros podía haber algo, Clark. Para mí no es igual, solo eres mi mejor amigo, como un hermano. Nunca habrá nada más. Y si no puedes ser solo ser mi amigo, quizá he hecho mal en venir aquí.

―Quizá sí ―me dice, con tono duro―. ¿Quieres tenerme ahí como siempre y también tener a tu marido falso? No puedes tenerlo todo, Juls.

Me tiembla el labio inferior mientras me pongo de pie. Las lágrimas me llenan los ojos. Asiento un poco, porque no soy capaz de hablar, y voy hacia la puerta. Me sujeta la mano cuando voy a abrir y me hace girarme hacia él.

Si en diez años...Where stories live. Discover now