27.- El almacén

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Juls

―Gracias, Riley ―le digo, mientras estiramos las sábanas para poder dormir sin arrugas, porque estaba toda revuelta de esta mañana.

Mi marido me sonríe y a mí me arde la sangre. Pensé que se me pasaría el ansia sexual al tener sexo, y es verdad que ya no me siento tan desesperada, pero sigo tan excitada que es casi doloroso.

―¿Por hacer la cama? ―bromea.

―Por cuidar de mi madre.

Ha sido un gran domingo. Un muy exaltado Harry, con un par de copas de más encima, ha traído juegos de mesa y hemos pasado la tarde entre comprar propiedades y desenmascarar al asesino. Clark se ha ido antes de cenar, aunque hemos tenido un par de momentos tensos. Me ha pedido hablar a solas, pero la verdad es que no me apetecía. Creo que se ha ido por eso, porque me he negado. O quizá ha sido porque Harry ha desvelado en un momento de la tarde que él sería el padrino de la niña. Eso ha sorprendido a mi madre y cabreado a mi amigo.

Y me da igual. Quiero que Harry sea el padrino.

―¿Qué piensas? ―me pregunta Riley, cuando se sienta en la cama.

Nos hemos turnado para lavarnos los dientes, aunque el baño es tan grande que hubiéramos podido hacerlo a la vez, necesitaba un momento de intimidad después de casi todo el fin de semana juntos. De lo único que me alegro es de que se haya trasladado a mi habitación antes de que llegase mi madre. Frunzo un poco el ceño y cojo crema de rosa mosqueta de mi tarrito favorito para esparcírmela por los brazos y las manos. Hablo mientras me la pongo, calmándome un poco con el delicioso aroma.

―Pienso en Clark.

―Ah. ¿Puedo preguntar qué te pasa con él? Le has dado un par de cortes... ―Riley coloca los brazos tras la cabeza, pero me mira un poco. Yo finjo seguir concentrada en extenderme cremas.

―Estoy enfadada ―reconozco, en voz baja, como si solo sentirme así me convirtiera en mala persona. Me giro hacia él, dejando la crema en paz―. ¿Soy mala por estar enfadada?

―Claro que no, cielo. ¿Por qué estás enfadada?

―Harry me dijo que Clark estaba colado por mí, y no me lo creí, pero... Dice que por eso nos regaló a Friend, y es que tiene sentido, porque yo le dije que tú no querías perros. Y el otro día, después del médico, me oyó decirle a Angie que estaba... bueno, excitada y ¿aparece con mi madre? Me estoy planteando que rompiese la tubería a propósito... ¿Estoy paranoica? ¿Tú crees que le gusto?

Riley se sienta en la cama y me sujeta las manos con suavidad. Creo que va a darme una mala noticia, porque se pone muy formal. Y me da miedo.

―¿Puedo preguntarte algo sin que te enfades?

―Creo que no. ―Resoplo y él ríe―. Venga, dilo.

―¿Por qué no hiciste el paripé con él, Juls? Es tu amigo, habría sido casi lógico y estoy seguro de que estaba dispuesto a participar.

Me suelto de sus manos. ¿Por qué todo el mundo tiene que pensar que tengo que sentir algo por mi amigo? ¿Tan raro es que solo sea mi amigo? Harry también lo es, y no estoy desesperada porque me haga un hijo.

―¿Tan horrible soy que tengo que elegir a quién quiera tener un hijo conmigo y no con quién yo quiera tenerlo?

―Claro que no, no he dicho eso. Solo que creo que habría sido más sencillo para ti.

―Clark es como un hermano para mí, habría sido repugnante.

―Vale. Siento haber preguntado. ¿Me perdonas?

Si en diez años...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora