Capítulo 25

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||Reflections||

Helena.

—Buenos días.

—Buen día.—conteste al saludo de mi padre a entrar en el comedor para desayunar, parecía ser que seríamos sólo los dos otra vez.

Fue un desayuno rápido ya que papá tenía que ir al trabajo, yo no iría a la escuela ese día, amanecí con lo que parecía ser un resfriado y no tenía ánimos de ir. Avise a Amber para que no se preocupara y me dijo que pasaría por casa después de la escuela.

Me fui a mi habitación e intenté dormir, no me costó mucho trabajo, no me sentía nada bien. Desperté en un lapso muy largo de tiempo que ya hacía una o dos horas que las clases habrían terminado, tome mi celular para ver si tenía algún mensaje de mi amiga y si que lo había.

"¿Como sigues? Espero que mejor:( ire a verte en la noche, mis padres me han pedido ayudarles en casa con algo y no puedo salir, lo lamento, por favor avísame cualquier cosa, te quiero <3"

Obviamente comprendo la situación, me levante de la cama y fui hacia el baño, vi mi reflejo en el espejo y pude observar como tenía ojeras más notorias, mi nariz estaba un poco roja y tenía una mirada muy cansada, odiaba estar enferma.

Regrese a mi recámara cuando escuche la vibración de mi celular, conteste sin ver quien era, no quería saber nada.

—¿Hola?— dije con tono cansado.

—Hola...¿Estas bien? No te oyes bien.—la voz de Izana me sobresaltó pero ni siquiera podía fingir lo contrario, no me sentía nada bien

—No, me quiero morir.

—Ni siquiera lo digas de chiste Helena.—me dijo no muy feliz.

—Me resfrié.

—¿Fuiste a estudiar así?

—No, me quede en casa y dormí toda la mañana y parte de la tarde, y podría seguirlo haciendo.

—¿Has tomado algo ya?

—Cloro.

—No estoy bromeando, Helena.

—Una pastilla y un tecito.

—Iré a verte.

—No, te pasare el resfriado si vienes.

—¿Y eso que?

—Me siento cansada.

—¿Has comido ya? Te llevaré algo, ¿quieres algo en especial?

—Solo quiero dormir.

—Pues dormiremos juntos entonces, iré para alla.

No me dio tiempo de responder, me colgó. La verdad no te is ánimos de recibir visitas, pero no podía decirle que no.

Paso alrededor de media hora cuando el timbre de la casa sonó, y no me moleste en bajar, Mireya abrió la puerta y dejo pasar a Izana, supongo que el dijo que venía a buscarme y ella le indicó que estaba arriba.

Bajo la lluvia || Izana Kurokawa Where stories live. Discover now