Bajo la lluvia || Izana Kurokawa

Capítulo 1

|| Un comienzo bajo la Lluvia ||

Helena.

—Amo el invierno, pero no tanto cuando no llevo un paraguas conmigo.— dije para romper el silencio.

—Mhm— asintió, mientras se sentaba a mi lado en suelo.

—¿Crees que deje de llover pronto?

—No lo se...Aunque, es extraño que llueva con sol— comentó

—En algún lugar lei que cuando llovía con Sol, probablemente estuviesen involucrados Zeus dios del cielo, y su hermano Poseidon dios de los mares.

—Lees muchos libros, Helena.— dijo Amber riendo y volteando su mirada al cielo otra vez.— Igual, es una linda vista.

—Si... aunque probablemente nos enfermemos por mojarnos— rei

—Ya está bajando, deberíamos irnos, y tomaremos una ducha en tu casa.

—Vale...

Caminamos hasta mi casa, cuando aún estába lloviznando, ya estábamos empapadas así que no importaba tanto.

—Estamos a unas cuadras, nada más— habló Amber

—Mhm— asentí mientras me cubría más con mi sudadera.

Oh, oh

Resbalé. El suelo se encontraba demasiado liso, y al ir corriendo, deslice a lo que Amber paro unos pasos detrás de mi y comenzó a reír como nunca.
La miré mal y cuando iba a levantarme, vi una figura mucho más alta frente a mi, con un paraguas recostado en su hombro voltee hacia arriba para observar bien de quien se trataba.

Cabellos blancos, ojos violeta, y unas peculiares plataformas.

—Ven, levántate.— me dijo extendiendo su mano, y viéndome de una forma seria que me causó escalofríos, podría asegurar que me miraba de forma molesta, fastidiada o enojada.

Claro... se me olvidaba que seguía tirada en un charco de agua.

—Mhm— asentí mientras tomaba su mano, y el jalo de mi con un poco de fuerza.— Gracias...— dije una vez de pie, y agachándome a recoger mi sudadera.

—Deja de correr mientras el suelo está mojado, no seas tonta.— dijo con una expresión de fastidio, y pasó de mi, siguiendo su camino.

Auch!

Voltee mi viste a Amber, que se había refugiado en una pequeña parada de autobuses, mientras yo pensaba levantarme, y le hice un ademán de seguir nuestro camino a casa.

Llegando a casa, nos quitamos los zapatos y Mireya, al vernos entrar empapadas, nos llevo toallas para cecarnos un poco.

—¿Han venido debajo de la lluvia?

Ay no...

Por primera vez mi conciencia y yo pensamos en lo mismo.

—Si...Mamá, la lluvia nos ha tomado por sorpresa.

—Mhm, pasen y tomen una ducha, o van a resfriarse.— pidió a ambas.— Mireya—dijo volteando su vista hacia la mucama.— prepárales algo caliente, y dales un medicamento para prevenir el resfriado.

Seguido de esto, se retiró a su habitación.

Fiuu...

—Disculpa, ya sabes como es...— dije, con vergüenza a Amber.

—Descuida, Helena.— sonrió

Fuimos hasta mi habitación, y Amber tomo una ducha primero, mientras tanto, organice la ropa que me pondría después.