Bajo la lluvia || Izana Kurokawa

Capítulo 13

||La verdad||

Helena.

—No estoy lista para hacer esto...

—Helena, no puedes arrepentirte ahora, ya está hecho.—me animo Amber.—¿Por qué siento que todo esto va a afectarte?—cuestiono, supuse que era debido a mi nerviosismo.

—No...no es eso.

—¿Y que es, Helena? ¿Por que todo esto te tiene tan inquieta?

—No lo se...

—Helena...¿Como reaccionarías si Wakasa resulta ser esa persona de la que Mojica habla?

—Normal creo...Lo qué pasó entre Wakasa y yo fue hace ya un tiempo, y es probable que nada vuelva a hacer igual.

—Okay...Y ¿Que pasa si ellos no se conocen, e Izana resulta ser esa persona?

—A Izana no le importo y a mi tampoco me importa el, así que me da lo mismo.—le reste importancia.

—Helena ni tu te crees eso...Si nada pasara no estarías así.

—¿Así como?—me hice la desentendida.

—¡Así de nerviosa! Helena estoy segura que si es Waka-Chan no te importará, pero si se trata de Izana algo te tendrá que afectar, desde que dejo de hablarte has actuado muy raro, y probablemente esto pueda ser la gota que derrame el vaso.

—No me asustes...

—¿Lo ves? Helena, podrías aceptar que algo te pasa a ti con Izana.

—No me pasa nada.—Negué y vi como se cruzó de brazos.—Bueno, no se, tal vez solo me había acostumbrado anteriormente a su compañía...

—¿Solo eso?

—No se que más decirte...porque no se que más me pasa.

—Así que si te pasa algo...

—Amber no se de esto.

—Pero yo si...o bueno más o menos. Hablando de resuelve todo, Helena, ¿Quieres contarme como te sientes al respecto?

Asentí con una sonrisa mientras comenzaba a hablar y comentarle todo lo que me ocurría, todo sobre aquellas sensaciones que yo aún no podía controlar, que ni siquiera podía saber que significaba en mi cada una de ellas, ella me escuchó con atención, siempre lo ha hecho, pero esa vez prestó una atención especial, sabía lo complicado que podía ser esto para mi y quería ayudarme de la mejor forma.

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—Ya veo...Helena, ¿Puedes hacer algo?—Asenti.—Niégate a ti misma, que tu no sientes algo por Izana, aunque sea lo más mínimo.

—¿Y como hago eso?—Pregunte confundida.

—Pregúntate a tu misma si es que sientes algo por el o no, a ti misma no puedes mentirte, pregúntatelo las veces que sean necesarias, y obtendrán todas tus respuestas.

—Esto se siente como una cita con el psicólogo.—bromee un poco con ella.

—Que bueno que lo mencionas, he estado pensando en estudiar psicología.—Hizo un ademán de pensar con su mano derecha.