Prólogo

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—¿Así se siente un corazón roto entonces?— Pregunté ya dejando de llorar y viendo la situación con algo de gracia.

—Si...supongo que si.— suspiro Kakucho— es la primera vez que lo experimento, Tu igual ¿no?— pregunto volteando a verme, a lo cual negué, pero mencioné que no quería hablar al respecto.

Ambos nos encontrábamos en mi casa, tomando una cerveza, no era algo que hiciéramos seguido, pero un corazón roto lo amerita.

—Nunca me hablaste mucho de cómo iban las cosas con ella— dije para romper el silencio

—Desearía poder cambiarte el tema con la misma pregunta, pero Izana me contaba todo con detalles — soltó una carcajada vacía, a lo cual reí con el.

—Izana... ¿ha tenido otras novias antes?

—Si...

—y... ¿Les ha roto el corazón a todas?

—Si... pero no creo que Izana quisiera romperte el corazón, Helena.

—Bueno...sus acciones dijeron algo un poco bastante diferente, ademas el y yo ni siquiera llegamos a algo serio, y menos algo formal.— reí, pero era una risa diferente como, ¿vacía?

—Lo se... pero Izana es muy extraño, creo que nunca terminas de conocerlo bien, sin embargo, se le vio muy extraño cuando tuvieron esa discusión.

—Acá es la parte en donde me dices que tuvo una infancia difícil y que sabes que eso no justifica ninguna de sus acciones, pero...— Kakucho me interrumpió antes de terminar la frase

—Pero, si explica sus acciones, y puede ayudarsele de esa manera.— intento hacerme entrar en razón

—Aún así no lo justifica, y no creo que el quiera ayuda — hice un puchero, y fruncí el ceño

—Lo se Helena, lo se. No tengo forma de defender a Izana, pero siento que el realmente té quiere

— si me quisiera...— volvió a interrumpirme

—Sería un mejor novio ¿no? Bueno si, pero Izana no tuvo el ejemplo de unos padres que le dijeran cómo sobrellevar una relación, lo más cercano a un padre que tuvo... Ya no está, y fue uno de los sucesos que más afectó a Izana.

—ya...Igual no se que pensar

—Izana te quiere, Helena. Estoy seguro de eso, tal vez necesita aprender a quererte de la buena forma, y tu... puedes enseñarle.

—Para ese entonces... tal vez yo ya no esté.

Di el último sorbo a mi cerveza y no hablamos más del tema esa noche.

Bajo la lluvia || Izana Kurokawa Where stories live. Discover now