— Por lo menos toma el pañu-

— ¡DIJE QUE TE LARGUES!

La niña rápidamente retrocede bastante asustada y se tropieza cayendo al suelo mientras sentía que las lágrimas querían caer.

Moon le miraba con cierto odio mientras tenía algunas lágrimas en las mejillas, esas lágrimas que no tardarían en secarse. Después tendría que ir a limpiar su rostro para verse un poco más presentable.

Empieza a respirar hondo para tratar de relajarse, había sido tan solo una niña que le estaba ofreciendo ayuda y le había gritado. Estaba desatando su ira con una pequeña niña que ahora había salido corriendo a los brazos de su madre.

Todos en la sala lo estaban mirando. La mirada de todos que le veían con cierto desprecio por haberle gritado a una niña, Moon no tarda en levantarse de su lugar y lentamente se aleja de ahí ya que empezaba a sentirse mal de nuevo, no tenía ganas de nada ahora, no quería sentirse presionado por esas miradas cuando ya tenía otras cosas por las cuales preocuparse.

— Eres un monstruo.

Damián se detiene cuando escucha aquello, lentamente de voltea para ver quién había dicho. Era el padre de la pequeña que ahora estaba mirándole con mala cara. Sabía que manera en la que había actuado no había sido la mejor pero tampoco creía que había necesidad para llamarle "monstruo", él no había hecho nada malo, ¿verdad? ¿En serio se veía como un monstruo?

— Cállate.

Dice Damián apretando los puños como hace rato, tenía que tranquilizarse. Inhala, exhala, inhala, exhala. También empezó a contar lentamente del 1 hasta el 10 para mantenerse distraído mientras seguía alejándose para dejar de ser una molestia para la gente que estaba ahí. Iba a salir un momento para poder tomar aire y regresaría dentro de poco porque no sabía en que momento obtendría noticias con respecto a su pareja y quería estar ahí para cuando tuvieran esas noticias.

— ¡Largo de aquí! Solamente estás asustando a la gente.

— ¡NO ME IRÉ SOLAMENTE POR QUE ME LO PIDES! ¡YO ME IRÉ CUANDO QUIERA!

Damián se había acercado a aquel señor tomándolo del cuello de su camiseta, estaban acabando con su paciencia. El señor en un movimiento trata de escapar del agarre de la luna pero para su mala suerte Damián era más fuerte y no tenía intenciones de soltarlo, bueno, esas no eran sus intenciones hasta que empezó a escuchar los murmullos en la sala y cuando volteó a ver alrededor todos le estaban viendo, aunque la gente a la que veía trataba de disimular mirando a otro lado ya que no quería que el de cabellos bicolor les hiciera daño simplemente porque le estaban viendo.

Todas las miradas nuevamente estaban sobre él, hasta una enfermera se había acercado para saber si todo estaba bien.

Moon mira a la niña que antes había tratado de ayudarle y esta al notar que el mayor le estaba mirando esconde su rostro en el pecho de su madre que la abrazaba de manera protectora.

Damián suelta al señor en cuestión de segundos se sienta nuevamente donde había estado antes, las personas que estaban sentadas a su lado se alejaron un poco y trataron de actuar como si nada hubiera ocurrido. Moon esconde su rostro entre sus manos mientras pensaba en cosas que le gustaran para poder ignorar el hecho de que todos le estaban viendo. Tampoco iba a irse simplemente por la presión del resto que quería que se largara pero sabía que no le decían nada porque empezaban a tenerle miedo, suponía que era mejor así a que estuvieran molestandolo con palabras.

Pasaron minutos y las personas seguían murmurando y hablando a sus espaldas. Seguramente lo estaban criticando en silencio.

"Ya callense."

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora