— Oh, y ni hablar de Lyan, no sabes cuanto extraña tu presencia. Lo veo todos los días hablando con ese peluche de gato negro que le compraste. — Murmura Roxy mientras apuntaba a Lyan quien seguía comiendo alejando del resto.

— Chicos chicos, recuerden que Moon no está consciente de las cosas que pasaron hace meses así que no le den mucha información a la vez, si no lo vamos a romper. — Dice Freddy riendo con aquello último. No quería agobiar a Moon con mucha información.

— Está bien. No hay problema con eso. — Murmura Moon mientras miraba de reojo a Lyan, quería hablar con él.

Puso la excusa de que tenía hambre para poder acercarse a la mesa donde estaban los bocadillos, tampoco era una excusa ya que extrañaba comer cualquier cosa que no fuera comida del hospital. Toma unos cuantos bocadillos y come un poco, mínimo tenía que ser un poco discreto, de todos modos Lyan parecía que no se había dado cuenta de quién estaba a su lado o seguramente ya hubiera entrado en pánico.

Moon no sabía cómo iniciar una conversación, seguro que sería bastante incómodo fuera como fuera. Después de esa charla en el hospital había estado pensando mucho al respecto, quizás había reaccionado de manera muy agresiva en ese momento. De cualquier manera seguía sin creer que ellos dos antes habían sido algo, se veía muy diferente a él como para establecer una relación romántica con Lyan. Por otro lado, si era verdad entonces había roto por completo el corazón del pobre chico rubio. No sabía si sentirse culpable o no.

— Ehh... ¿Cómo has estado?

Fue lo único que se le ocurrió preguntar haciendo que el chico rubio saliera de su mundo y volteara a verlo, se había sonrojado al instante y cubre su boca ya que estaba comiendo y cuando lo hacía solía ser muy habitual que abría la boca al masticar, no quería que lo viera de esa manera tan desagradable. Una vez había terminado de pasarse la comida Lyan desvía la mirada.

— He estado bien. — Mintió. Era demasiado evidente que no estaba bien. — Tengo que hacer otras cosas así que hablamos después.

Sunny no dejó que Moon le respondiera y toma un bocadillo más antes de alejarse rápidamente, se había ido hasta la otra esquina en un abrir y cerrar de ojos. No estaba siendo muy discreto, no quería estar cerca de Moon.

A Damián le molestaba eso, ¿y ahora por qué estaba actuando así? Antes parecía chicle pegado a él y de repente ahora estaba evitandolo.

Una vez la pequeña celebración del regreso de Damián había terminado tuvieron que recordarle donde estaba su habitación. Claro que no le había sorprendido saber que estaba durmiendo en la misma habitación que Lyan, quién ahora mismo estaba sentado en la cama con su peluche a un lado de él y estaba dibujando, ahora estaba usando un pantalón de pijama y una camiseta que al parecer no pertenecía a él.

Ambos chicos se quedaron callados sin decir nada mientras se miraban a los ojos. Lyan fue el primero en desviar la mirada y siguió dibujando, ahora apretaba con algo de fuerza el color rosado que estaba usando para colorear su dibujo, estaba haciendo tanta presión que había atravesado la hoja de papel con el color arruinando así su dibujo.

— P-Pensaba darte éste dibujo, lo siento. — Murmura Lyan bajando la mirada, toma la hoja que ahora estaba roto en una de las esquinas.

"No quiero su maldito dibujo de niño de preescolar."

Damián se acerca lentamente hasta la cama del menor y se sienta en la orilla de la cama sin pensarlo dos veces, extiende su brazo para pidiendo que le entregara el dibujo y Lyan lo piensa unos segundos antes de entregárselo.

Moon se queda viendo el dibujo algo sorprendido por lo que era.

Unos suaves toques en la puerta se escucharon y se escuchó la voz de Chica llamando a Sun. El rubio se levanta de la cama y sale de la habitación para poder hablar con ella, al parecer alguien lo estaba buscando.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Where stories live. Discover now