X

121 9 19
                                    

MARATÓN (1/3)

Espero delante de la puerta.

A todos nos ha dado por ducharnos, y los dos baños ahora mismo parecen insuficientes para acatar nuestras necesidades. Así que espero ansiosa delante de la puerta que está junto a la habitación de Darren, puesto que Ryker ha sido más rápido que yo en entrar al baño con la bañera.

—¡Tardas mucho! —me quejo.

—¿Uno ya no se puede secar el pelo con tranquilidad? —pregunta Darren desde dentro.

Sigo esperando con mis dos toallas en la mano y un neceser. Lo cierto es que no ha costado mucho convencerlos para salir. A Willow ya se lo he contado después de que volviera de su escuela, donde ha podido hacer las clases teóricas. Entre las dos hemos formado equipo para asegurarnos de que Ryker aceptara, ese era nuestro objetivo.

—Darren no dejará que vayamos las dos solas a una fiesta universitaria —apuntó Willow mientras decidimos la estratégia y los argumentos.

—¿No? —pregunté.

Negó con la cabeza. Así que uno ya estaba dentro del plan de la noche.

—Tema Ryker... —se puso a pensar.

—Te usaremos a ti —solté.

—¿A mí?

—Está claro que tiene una debilidad, y esa eres tú.

—Yo no soy su debilidad —soltó una carcajada—. Es mi mejor amigo y me cuida y me trata bien, por eso le tengo tanto cariño.

—Exactamente por eso Willow. Estás lesionada.

—Recuperada —me corrigió.

—No del todo —me crucé de brazos.

—Puedo caminar sin dolor, y ahora no te pongas tú también protectora.

La puerta se había abierto mientras habíamos estado hablando del tema. Y justo aparecieron los dos hombres que nos faltaban para la salida. Darren con cara de cansado y bastante sudado con la mochila de deporte en su hombro, y Ryker con los auriculares alrededor de su cuello. Los dos nos miraron y nos levantamos del sofá, yo con los brazos en forma de jarra y Willow con las manos cogidas por detrás inocentemente.

Y ahí empezó la función.

—Vamos a salir de fiesta —dijo la rubia.

—No —respondió Ryker.

—Vale —se encogió de hombros Darren al mirarme, después sonrió.

—¿Cómo que no? —Willow preguntó a Ryker.

—Estás lesionada —arrugó la frente—. Te podrían pisar, dar un golpe, caerte por las escaleras.

—Eres muy pesimista —atacó mi amiga.

—Soy realista —contraatacó el pelinegro, quien me miró para buscar apoyo. Los dos éramos, de normal, los lógicos de este piso, y aunque me sorprendió que me mirara para hacer equipo con él, no sabía que yo ya tenía la estrategia montada—. Sabes que tengo razón, Brie.

Hice como que me lo pensaba.

—A ver. Si dos hombres grandes, altos y fuertes como vosotros venís con nosotras, podríamos conseguir hacernos un espacio entre la multitud para que no le ocurriera ningún accidente.

Había sabido que debía darles unas palabras bonitas y alabadoras. Lo cierto es que Darren sí que es fuerte, se le ve en los brazos. Y, aunque Ryker no tiene pinta de un tío atlético, es alto y con una espalda un poco ancha. Algo íbamos a conseguir.

Cállame con besos [COMPLETA]Where stories live. Discover now