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El pasado de veía tan borroso, nadie se daba cuenta, pero su figura era clara ahora, porque hacía todo eso era solo por una cosa.

Hyunjin ansiaba con todo su ser deshacerse de su madre y de su ex esposa. Era lo único por lo que hacia las cosas bien.

Estaba preocupado... todo se enterraba por sí mismo en el barro, entre esas hojas secas las cuales cubrían todo lo que alguna vez amó.

Hyunjin tenía mucho miedo... no podía entender el por qué, y cada vez que se esforzaba en encontrar la razón sus lágrimas salían sin permiso de sus ojos. Las cuales había limpiado con rapidez con las yemas de sus dedos.

Sonrió, como si nada hubiera pasado al ver salir a Lenna. Estaba muy sonriente, no sabía por qué, pero le gustaba verla así.

Lenna se veía radiante en esa puesta de sol, tenía un vestido de seda negro; podía ver sus pezones a través de la delicada tela, no sabía por qué, pero sentía que lo había hecho a propósito.

— ¿Tienes frío? —Preguntó Hyunjin con un tono burlesco, sacándole a la fémina una risa sonora.

Ésta se había sentado con delicadeza encima de su regazo, cruzando las piernas lado con lado a su cintura. Las manos pequeñas de la menor se habían dirigido al cabello negro del mayor, viendo como cerraba los ojos ante el tacto que ella le regalaba.

Extrañaba demasiado un momento así. La seguridad que llegaba a su ser cada vez que ella lo tocaba era impresionante. Había abierto los ojos con suavidad, encontrándose con esos ojos azules, los cuales no se cansaba de ver.

— Buenos días —Saludó Lenna. Lamiendo sus labios dirigiendo su vista a los ojos oscuros de este.

— El día ya terminó —Bromeó Hyunjin, recibiendo una pequeña u suave cachetada en su mejilla. Otra vez habían hecho contacto visual, pero en este caso sus miradas parecían una escala.

Estaban mirándose a los ojos y al mismo tiempo mirándose los labios de cada uno. Hyunjin no recordaba la última vez que la había besado. Hyunjin había soltado un suspiro, por fin rodeando sus brazos en la pequeña cintura de Lenna.

Ella había depositado un pequeño beso en la punta de su nariz, el cual Hyunjin había recibido con gusto. Luego había depositado uno en su mejilla izquierda, en la derecha y por último le había dado un beso fugaz.

Las manos de Lenna se habían dirigido al cordón de su vestido de seda, desatando los hilos que se encontraban amarrados en su cuello.

Hyunjin lamió sus labios al ver como se lo había bajado hasta la cintura, dejando ver los redondos y suaves senos.

Enredó sus brazos en el cuello del pálido, acercándose mucho a su rostro sintiendo ese cálido aire saliendo de su boca. Esos labios rosados que tenía Hyunjin le hacía saber a Lenna lo mucho que lo deseaba. Jamás pensó sentirse así después de mucho tiempo estando encerrada.

Las manos grandes se Hyunjin se habían dirigido a su cintura, subiendo de a poco para por fin arropar esos senos en sus manos.

Lenna gimió. Haciéndolo una vez más al sentir esas grandes manos rodear su cuello. Hyunjin la atrajo para besarla, y al sentir el primer roce de sus lenguas, escuchaba los gemidos y suspiros de satisfacción que ella soltaba, y entre ellos, no dejaba de murmurar lo mismo.

— Te extraño...
















































































































Aparecí.

El siguiente capítulo tendrá algunas escenas bizarras en cuanto el sexo y la intimidad entre Lenna y Hyunjin. Las cuales son un poco... si.

Quería avisarles porque hay
menores de edad leyendo esto y no quiero que comenten cosas feas faltándole el respeto a mis escrituras.

¿Alguna pregunta sobre la historia?

SHEETS┃HYUNJIN. Where stories live. Discover now