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Las miradas de callaban, mientras que sus almas se volvían una sola, sera acaso porque el amor tejía una bella historia.

Hyunjin sentía un único latir cuando estaba con ella, un solo suspiro nacido del corazón, al igual que pensamientos insanos viniendo de su fuente de odio y rencor.

Lenna era suya, le pertenecía a el y nada más que a el... el hecho de que su "mejor amigo" le quería ver la cara de estúpido hacía que todo lo que llegara a su mente era violencia.

Era la misma situación de siempre, era lo mismo cuando se trataba de él... intentaba compartir, todo salía mal, toda su vida siempre intentaba tenerlo a él, a un tercero porque no quería que Minho se fuera de su lado... pero ya no le importaba.

¿Pero por qué siempre culpaba a Minho y no a Lenna? ¿Por qué siempre culpaba a Minho y no a los terceros? Era era la pregunta que el se hacía todo el tiempo.

— Buenos días —Saludó Lenna con su pequeña pijama en la cocina.

Estaba teniendo un déjà vu en esos momentos. Hyunjin saludó de la misma manera pero insignificante, haciendo notar su mal humor y el mal genio con el que se había despertado.

Lenna intentó verlo a la cara pero no pudo, Hyunjin ya la estaba viendo primero con esos ojos llenos de "nada" no hacía nada con lo que el podía expresar.

En esos momentos lo único que Hyunjin sentía era su corazón latir. Lenna sabía que algo estaba mal en el desde que habían llegado a casa la noche anterior. Intentó hablar con Minho, pero lo único que había dicho era que eso no era su asunto.

— ¿Estás bien? —Preguntó Lenna.

Hyunjin chistó, mirando la llegada de Minho quien aún estaba en pijama también. En la casa había una tensión enorme, y los dos tenían ese presentimiento de que Hyunjin lo sabía todo.

— Amor —Llamó Lenna —¿Estás bien? —Preguntó otra vez, en este caso preocupada.

Lo único que Hyunjin escuchaba era ese ruido ciego que se metía en su mente cada vez que quería hacer algo de lo que se arrepentiría. Estaba ahí haciéndose mucho más fuerte, haciéndose mucho más grande y ruidoso, era como si se tratara del sonido una bocina de música cuando no está conectada.

¿En serio dejarás que te vea la cara como un estúpido? Esa voz, nunca pensó que volvería después de tanto se estaba burlando de el, este punto sentía que Minho y Lenna también lo hacían.

—Minho... —Llamó Hyunjin.

Lenna había volteado prestándole atención, a pesar de que se había dirigido directamente al contrario, pensó que dirigir su atención a el también era necesario.

—Últimamente te he notado tan... distante... ¿pasa algo... amor? —Hyunjin usaba su voz tan suave, esa relajada que había lo hecho caer cuando poseía los diecisiete años.

Minho chistó.

— ¿Estás burlándote de mi? —Preguntó levantando una ceja, levantándose para ir a tomar una taza, penetrando toda la existencia de Lenna sin pena alguna.

Después de lo que había pasado aquel día Lenna sentía timidez al verlo a los ojos, y no era una mala señal, es que al recordar como el la había tomado en ese sofá sentía que toda la calentura se fuera a sus llenas mejillas.

Hyunjin se había dado cuenta, lamiendo sus labios mordiendo su labio inferior.

—Estoy seguro que esa pregunta la tengo que decir yo, ¿no? —Sonrió— Minho... ¿desde cuando te coges a mi novia mientras no estoy?

El cuerpo de Lenna se había tensado, mirando al mayor quien aún estaba frente a ella, conectaron miradas y al mismo tiempo ella lo había mirado a el, quien le había dado una mirada segura, de que ella no tenía nada que ver en lo que intentaba hacer.

— Lenna por favor déjanos solos ahora... —Hyunjin se levantó de la silla, y con una suave mirada le dio a entender que debía obedecer —...por favor.

Lenna se fue con rapidez alejándose de ellos, su corazón latía muy fuerte y sentía que lo mejor era salir de esa casa antes de que Hyunjin firmara cuentas con ella también.

— Eres una idiota —Reclamaba así misma al darse cuenta que había cometido un error. Ella se le había insinuado a Minho y el se había dejado llevar.

Hyunjin debía de saberlo, debía explicárselo antes de que todo se saliera de control, pero una parte de ella presentía que si lo defendía el se enojaría aún más.

—Bien —Empezó a hablar Hyunjin—¿Desde cuando? ¿Ella empezó? ¿Tu empezaste? ¿Te gustó?

Minho estaba confundido, sentía que toda esa psicología inversa la estaba usando para que el se relatara o delatara a ella.

Debo protegerla de este psicópata. Había hablado para sí mismo sin quitarle la mirada de encima, en cualquier momento haría algo... lo conocía tanto que debía prestar atención a cada movimiento que hacía.

—Ella no empezó nada —Defendió. Mintió para que todo aquel castigo que Hyunjin tenía en mente fuera recibido por el.

Hyunjin rió... una y otra vez convirtiéndolo en una sonora carcajada la cual no paraba de sonar fuerte.

— Por favor —Rió una vez más —¿La defiendes? ¿Con que derecho? Ella es mía... yo decido con quien ella se acuesta, yo decido todo.

— Hyunjin no lo hago... deja de especular mierdas y déjame en paz. Lenna no es un objeto, es alguien que puede decidir por ella misma.

Hyunjin borró su sonrisa. Minho lo estaba desafiando y eso a él no le gustaba para nada.

— Te recuerdo que no estás en la cárcel por mi, Minho —Tomó un cuchillo que había ahí, luego una manzana.

Empezó a tallar cada pedazo para meterlos en su boca. Al meter el último había lamido el jugo que salía de esta, acercándose más a él.

—Ah, también por la perra estúpida de Bárbara que pensó que se iba a salir con la suya en el juicio —Terminó su oración, aclarando su garganta.

Hyunjin se acercó más y más que sentía como cada parte de sus cuerpos rozaban, el de dio cuenta, acercándose mucho más, poniendo sus dos brazos alrededor de su cuerpo, apoyándolos en la mesa.

— Ella es mía... —Susurró, lamiendo sus labios y subiendo su rodilla con suavidad pasándola por la extremidad del contrario.

— ¿Celoso Hwang? —Susurró también.

Hyunjin tomó el cuchillo por el mango con fuerza, intentando no dejarse llevar por sus impulsos.

El sabía que a él no le importaban las señales de amenazas que el les estaba dando. A Minho le divertía hacerle saber que estaba dispuesto a pasar por encima de el y sus reglas.

Con un movimiento rápido, Hyunjin lo había acorralado en la pared de la mesa, tomando sus manos evitando que no hiciera nada al respecto, y con el contacto visual tan profundo había redactado sus palabras.

— Escúchame bien porque no te lo voy a repetir dos veces —Sonrío— Lenna me pertenece, tu la tocas cuando yo diga, donde yo lo diga y como lo diga.

Hyunjin sentía que estaba perdiendo la cabeza, y Minho sabía que cada palabra que decía lo decía enserio.

— Esta es la primera vez que doy advertencias Minho, porque la próxima vez que te vuelva a ver tocándola sin mi permiso te sacaré el otro ojo.

SHEETS┃HYUNJIN. حيث تعيش القصص. اكتشف الآن