SHEETS┃HYUNJIN.

14

Hyunjin había sido despertado por la vibración de su celular el cual el  intentaba buscar con la palma de su mano.

Éste se encontraba debajo de su almohada, contestando sin tener la molestia en ver quién llamaba tan tarde.

— ¿Hola? —Contestó.

Hyunjin aún con sus ojos cerrados, intentando levantarse de la cama para no hacer que la menor no se despertara. Bostezó por un largo segundo, soltando un gemido de satisfacción al expulsar todo el cansancio que su cuerpo tenía encima.

Revolvió su cabello negro peinándolo hacia atrás, esperando que cualquiera que esté llamando contestara ante su saludo.

— Hyunjin...

La voz de Han se había hecho presente desde el otro lado de la llamada, despertando por completo al pálido. Había salido de su cuarto, queriendo más privacidad, sabía que si Han lo llamaba con tanta urgencia a esa hora, era algo importante o confidencial.

— ¿Han? ¿Que pasa? ¿Está todo bien? —Preguntó Hyunjin, podía sentir que algo pasaba, estaba tan desesperado que no para de hacer tantas preguntas.

— Es Felix... —Suspiró.

Hyunjin no dejó que Han terminara de hablar, en cuanto escuchó el nombre de su hermano se había preocupado aún más.

— ¿El está bien? —Preguntó.

Empezó a sentir como su corazón empezaba a latir tan fuerte que por un momento podía sentir como éste empezaba a enfriarse.

—Hyunjin... cierra la puta boca por el amor de dios. Déjame hablar maldita sea.

Maldecía Han entre dientes, callando a su mejor amigo, pero se había arrepentido al darse cuenta que Hyunjin había obedecido. Entendía que estaba preocupado, pero el hecho de que seguía interrumpiendo cada palabra que decía lo sacaba de quicio.

—Felix me buscó en el club, me preguntó dónde estabas y me dijo que tu le habías dicho que yo sabía donde el podía encontrarte.

Hyunjin lamió sus labios.

— Si —Afirmó —Antes de irme le dije que si quería buscarme que te encontrara a ti primero.

— Bueno, lo logró —Han miraba en todo su alrededor asegurándose de que el menor aún estuviera en la ducha.

— ¿Donde está ahora? ¿Le dijiste dónde estaba? ¿Aún tiene contacto con Bárbara y mi madre? —Hyunjin también se aseguraba de que Lenna no estuviera escuchando nada.

— Está aquí en mi casa, se está tomando una ducha —Intentaba contestarlo todo en la misma oración, con pocas pero claras respuestas.

Han se había sentado en uno de los sofás de la sala, aún se podía escuchar el agua de la ducha caer en la cerámica de la bañera, por eso, sentía la seguridad de hablar mucho más claro.

— Estaba a apunto de mencionar algo así, no le dije nada porque no se si aún sigue en contacto con tu ex esposa.

— ¿Mi madre? ¿Que hay de ella?

— Cuanto a tu madre, Felix le contó lo que pasó entre ustedes dos —Hyunjin maldijo entre dientes —Felix me dijo que desde esa noche estaba actuando muy raro, dijo que no podía volver a casa, sentía que ella estaba planeando algo.

— Han debes ayudarme en traer a Felix aquí, un minuto más en Londres y mi madre se encargará en encerrarlo cuanto antes en un manicomio.

— Hyunjin no es algo que pueda hacer chasqueando los dedos, no puedo arriesgarme a que Hyuna o la bruja de Bárbara se den cuenta de que iré a ti.

— Nadie sabrá nada.

— Hermano... en cuanto se lleguen a enterar que viajaré con Felix sabrán que iremos a ti. Yo no quiero arriesgarte de esa manera.

— Entonces iré a Londres —Lamió sus labios ocultando la cantidad de nervios que sentía en ese momento.

Han negó, a pesar de que el pálido no lo podía ver.

— Es demasiado arriesgado. Minho te dijo que Bárbara tenía pruebas sobre tu romance con su hija, en cuanto ella sepa que estás en Londres sacará todo a la luz. Es demasiado peligroso.

— Si ella tuviera una mierda en contra mía se las hubiera mostrado al juez, o mucho peor, las hubiera publicado en cuanto supo que me llevé a su hija lejos de allí.

— ¿Y si está esperando el momento exacto? Bárbara puede ser una mujer inestable e ingenua, pero estúpida no es.

Hyunjin se quedó pensando un poco, sentándose en el sofá, restregando la palma de su mano en su rostro. Estaba frustrado.

— Dame dos días... te volveré a llamar en cuanto se me ocurra algo, mientras tanto... no le digas nada a Felix.