Capítulo 18

14 0 0
                                    

Cuando Margarita a la mañana siguiente Margarita se acercó a mí con su media sonrisa y su cara de bambi, se me paró el corazón.

¿Qué tal estás?-tenía un acento canario precioso.

-Ahora bien.

-Oye, quería darte las gracias por lo de ayer. Me salvaste la vida.

-Son quinientos.

Se rio echando su cuello hacia atrás y su melena rizada color miel cayó como una cascada de gozo. Se me paró el corazón. ¿Cómo podía ser tan guapa y tan simpática? Y ese acento canario. Madre mía. Pura miel de caña. Ah, qué enamorada estaba de ella. Y qué injusto era el mundo porque ni un millón de años Margarita me correspondería, es más, no podía conocer mi amor por ella porque se horrorizaría, se asquearía. Mientras tanto disfruta Sara, pindonga, de esta visión celestial. Me sentía muy Bécquer.

-¿Quieres venir conmigo a la fiesta?-dijo Margarita mientras me miraba y me sonreía y yo sentía la sangre afluir a mi rostro y teñirlo de grana.

El corazón se me desbocó como un caballo al que le hubieran fustigado con un látigo.

-¿Qué fiesta?

-¿Cómo que qué fiesta, Rojas?

Me encantaba que me llamara Rojas con su voz ronca y su acento canario. Ah, ese acento tan dulce.

-¿En qué mundo vives?

-En el mío.

-Osea Marte.

Me reí. Margarita era un encanto. Me sentía flotar a veinte metros del suelo, me sentía en trance. El exterior se volvió irreal.

-La fiesta de Pablo. Todo el mundo habla de ella. El viernes.

-Vale, iré.

-Quedamos allí.

-¿Dónde vive Pablo?

No tenía ni puta idea.

-En el Limonar. Enfrente de Lemon. Su padre se va de viaje. Estaremos solos.

-Perita.

-Súper perita.

La miré. Me miró. La sonreí. Me sonrió. La volví a mirar. Margarita bajó la cabeza y negó en un gesto delicioso.

-No puedo contigo.

Era extraño y excitante a la vez estar con Margarita a solas en esa clase vacía y grande. Era raro estar de verdad junto a la chica de carne y hueso que había protagonizado miles de intensísimas fantasías sexuales en mi cerebro. Ah, qué maravillosa era.

MÁLAGA 82Место, где живут истории. Откройте их для себя