Platillo 48

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T/N

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T/N

Me puse la ropa interior que Nami pidió y me vestí para salir. La verdad me sentía bien, sentía que estaba linda y sin importar cuantas veces me mirara al espejo, no podía evitar sonreír al ver lo diferente que me veía maquillada, y lo bien que me quedaba el vestido ajustado que nunca había usado. La iba a pasar bien, y realmente quería pasarla bien. Por primera vez sentí que estaba emocionada de ir a bailar, beber y disfrutar, nunca pensé que me iba a interesar hacer algo por el estilo. Quise que me vieran linda, que sus miradas se posaran en mí como si fuese un rubí entre pepitas de oro, quería sentirme deseada, por única vez en mi vida realmente quería eso.

Y así fue.

Los ojos se posaron en mí, los ojos que no esperaba encontrar aquella noche, sin embargo, allí estaban. Eléctricos, brillantes entre la oscuridad y luces que se mezclaban entre sí, supe que eran sus ojos, no por su color, no por aquel brillo, sino porque ningunos ojos me miraban como ello me miraban. Quería sentirme deseada, y la verdad era que cada vez que sus ojos se posaban en mí sentía esa chispa recorrer mi cuerpo, amaba esos ojos y lo sabía bien. Me miró asombrado y confundido, me sonrió en cuanto llegue a su lado, con esa sonrisa tan dulce que tantas veces había sido dirigida a mí.

- ¿Que haces aquí?- Me preguntó y señale a Nami con mis ojos.

- Yo debería preguntar eso.- Miré a la colorada de mi amiga que nos miraba fijamente como si fuéramos su novela.

- ¿Qué? - Preguntó al ver que los dos posábamos nuestros ojos en ella.- ¿Me dirán que ninguno sabía que estaban en un círculo social cercano?- Suspiró- Deberían prestar más atención a su entorno. De todas formas...- Acomodo su bolso y nos sonrió.- Los dejo, tórtolos. Mi vida amorosa me espera en otro boliche.

- Pero... - La miré confundida. Quería pasarla bien y divertirme entre amigas, no con Sanji, no planeaba esto. Yo sabía que la ropa interior tenía algo que ver en todo esto.

- T/N - Me tomó por el hombro y me susurró.- Tranquila, disfruta, prometo que las dos saldremos y las dos contaremos los chismes que tenemos guardados. Pero por favor, T/N. - No podía negar que su mirada era de esas que te llegaban a convencer.- Creo que tiene algo importante que decirte.- Dijo señalando con la mirada al cocinero que se encontraba detrás.

- Okey.- Y aunque no tan segura de mi respuesta, la deje ir quedando en silencio con Sanji.

- Lo lamento, no debí venir.- Rompió el silencio. - Tal vez deberíamos ir a cas...

- No.- Lo interrumpí y sus ojos sorprendidos se posaron en mí antes de dejar salir una sonrisa. - Vinimos para pasarla bien, y eso vamos a hacer. No me maquille por nada, cocinero. - Solté antes de chasquear mi lengua y escuchar su risa.

- A sus órdenes, Ma'am. - Me sonrió y el azul eléctrico de sus ojos resplandeció por un instante.

Tomamos algunos tragos hablando sobre Nami y su plan, sobre que su comida era horrenda, porque no podía perder, y nos reímos un rato.

- ¿Sabes cocinero? - Hablé notando como mis mejillas estaban calientes de la cantidad de cerveza que había bebido.- Hoy estás muy lindo.- Le sonreí mientras sus mejillas se sonrojaban y sus labios se abrían para responder.

- Tú estás muy sexy, T/N.- Soltó su risa nerviosa al notar lo que había dicho y yo solo pude sonreír más.

- Si lo estoy, ¿verdad?

- Si lo estás. - Un momento en silencio se mantuvo entre nosotros, sin incomodidades, solo viendo al otro y sosteniendo esa mirada como si fuera la última vez que vería aquellos ojos. Ni la música, ni el ruido, siquiera las luces y personas podían interrumpir ese momento, el cual ninguno de los dos quería terminar. Sin embargo, terminó en cuanto él se levantó de su asiento, para tenderme la mano.- ¿Quieres bailar?

- No, no sé bailar esta música.

- No tienes que saber hacerlo, solo disfrutarlo. - Habló entre risas mientras yo tomaba su mano. - Yo tampoco sé bailar esto.- Su voz suave en mi oído me hizo estremecer.- Solo sé bailar vals.

- ¿Vals?- Me reí y él me siguió.

- Sí, bueno. Era eso o ayudar a Patty con los clientes. Realmente no me gustaba eso de adolescente, ¿entiendes?

- Claro. ¿Cómo se baila esto? ¿Así? - Pregunté y empecé a balancear mis brazos de un costado a otro como si estuviera corriendo.

- Lo dudo mucho, pero si quieres te sigo con tu baile.- Habló chistoso antes de empezar a balancearse como yo mientras reíamos.

- Somos unos tontos. - Solté entre mi risa mientras él tomaba mi mano y me acercaba a su cuerpo.

- Lo dudo, princesa.- Susurró tomándome de la cintura.- Yo nos llamaría... originales. - El calor de su cuerpo contra el mío no me dejaba pensar, su aliento en mis oídos, su risa, su voz, todo logro dejarme en blanco y antes de darme cuenta me había embriagado de su ser. Solté sus manos y me alejé notando como me miraba confundido y preocupado. - ¿Sucede algo?

- No, solo...- Miré todos lados buscando una excusa.- Debo ir al baño.- ¡Oh, vamos! ¡No tenías algo mejor!- Ya vuelvo...- Me escapé hasta el tocador y me miré al espejo fijamente. Mis mejillas estaban totalmente rojas.- Dios. Lo amo tanto...

Volvimos juntos caminando hasta la parada de los taxis en silencio y todo el camino hacia el edificio no fue nada en especial. Me dio su saco, ya que me había olvidado traer un abrigo y mis manos heladas en los bolsillos no paraban de jugar con mis dedos. Lo miré mientras él fumaba un cigarrillo y dejo salir el humo antes de que su voz suave rompiera el hielo antes de entrar cada uno a su apartamento.

- Esto es extraño, T/N - No me miró, solo siguió hablando.- No sé qué somos exactamente, pero amo lo que sea que seamos.- Se llevó el cigarrillo a los labios antes soltar otras palabras.- ¿Estás bien? - Preguntó antes de mirarme.

- Sí, yo estoy mejor que nunca. Eso creo... - Conecte mi mirada con la suya y suspiré.- No hablamos mucho después de lo que sucedió. Lamento eso.

- No te disculpes, yo estuve actuando extraño.- Aceptó con una sonrisa apenada.

- Todo esto nos estuvo abrumando mucho, Sanji.

- Tienes razón.

- Deberíamos disfrutar más de nosotros mismos.

- Me estuve centrando mucho en nosotros, en ti.- Miró el suelo y suspiro.- Supongo que no me di cuenta de que el que necesitaba tomarse el tiempo era yo.

- Está bien, Sanji. Yo también había estado muy confundida con todo.- Tomé su mano y él tembló ante el frío de mi piel.

- Estás helada.- Habló entre risas.

- Supongo que siempre lo estoy.- Respondí siguiendo su risa antes de que él me acercara de pronto. El calor de su abraso fue reconfortante en medio del pasillo.

- Te amo, T/N.- Susurró como desahogándose mientras yo simplemente no podía contener la emoción que se remolinaba en mi interior.- No tienes que decirlo, solo quería que tú lo supier... - Se frenó en cuanto el abraso se despegó y vio mis mejillas totalmente rojas.

- Yo...- Suspire mirando a otro lado antes de que sus manos tomaran mis mejillas obligándome a verle a los ojos.

- ¿Puedo robarte un beso, T/N?- Sus palabras me dejaron perpleja, mi corazón no paraba de rebotar en mi pecho.

- Si me lo pides ya no es robado.- Hablé avergonzada mientras él sonreía con el rostro enrojecido acercándose lentamente.

- Tienes razón.- Susurró sobre mis labios antes de unirlos suavemente. Sus labios estaban tibios y lograron que mi cuerpo no sintiera más frío. Fue el beso más dulce y apasionante que jamás había tenido.- Siempre tienes razón.

Tal vez, solo tal vez, el agua y el aceite no necesitan mezclarse para preparar un buen platillo.

~Platillos que enamoran~Sanji y tu~Where stories live. Discover now