~Platillos que enamoran~Sanji y tu~

Platillo 10

 

Sanji

Creo que fue el momento que mejor recuerdo de ese día. Cuándo nuestros ojos conectaron.  Eran brillantes, fascinantes, y en medio de su hermoso color su pupila me reflejaba. Como cuando el tiempo se detiene en las novelas. Ella siempre me hacia sentir así, en una novela indescriptible, aunque todavía no sabia si eso era algo bueno, o algo malo. Por un momento, casi invisible, me costó creer que esos ojos eran de verdad, y no una simple ilusión de la realidad. 

Habían pasado los días, tal cual reloj descompuesto. Algunos rápidamente y otros tan lento que pesaba el transcurso en los hombros. Día tras día se creó una semana. Una extraña, pero interesante semana, intentando que unas simples palabras de aprobación salieran de su boca. "Solo un poco más...", eso era lo que pensaba aunque realmente parecía imposible.

"Horrible", "Asqueroso", "Insípido", "¡Acaso me estás dando veneno!", "¿Que estilo de porquería me trajiste hoy?", "¿Realmente no sabes hacer nada mejor?", "Es la cosa más horripilante que probé en mi vida", "¿Cuando traerás algo decente, cocinero de pacotilla?", "No tengo palabras para expresar la basura que acaba de entrar a mi boca", "El sabor no mejora", "Dan ganas de vomitar", "Está cosa sabe a hiel", "No podías traer algo más feo. ¿Verdad?".

Todos los días tenía un insulto o comentario nuevo para mi comida. A veces lo decía con una sonrisa y en otras ocasiones incluso hacia expresiones que me hacían dudar el sabor que realmente tenía. " Acepté esperando un reto", eso fue lo que dije, aunque no esperaba un reto tan difícil... Entre platillo y platillo la semana se había hecho cada vez mas interesante. Las conversaciones con ella eran llevaderas, entretenidas, tenia un toque familiar en su tono, pero al mismo tiempo algo innovador en sus palabras.

"Por cierto. ¿Desde hace cuanto cocinas?", "Desde pequeño... Digamos que siempre me gusto cocinar", "¡Ah! ¡Eres como un mini chef! ¡Que adorable". Ella simplemente decía lo que pensaba, parecía no tener filtro. "¿De que trabajas? Siempre pareces muy ocupada...", "En una compañía de programación", "Eso debe ser genial", "Pss... No tanto cuando trabajas para un cocodrilo desquiciado", "¿Eh?", "¡Ah! Nada. No dije lo que crees que dije".  Contaba o decía cosas que no entendía, se reía al recordar cosas en su cabeza, parecía siempre tener algo nuevo y ágil para decir.

Una semana... ¿Por que me pareció que el tiempo se fue rápidamente? Las semanas siempre eran tan aburridas y monótonas, nunca había nada nuevo que hacer, mas que cocinar dentro del restaurante y volver. Dentro de mi, muy en el fondo, dudaba si esto estaba bien. Todavía seguía intentando terminar ese inútil rompecabezas sin pieza final, pero al mismo tiempo, mis pensamientos siempre me alejaban de encontrar las piezas correctas. 

Además de todo eso, las personas a mi alrededor se comportaban de forma extraña. Patty y Carne todos los días miraban expectantes hacia la entrada esperando que entrase la lady misteriosa de la que tanto se la pasaban hablando. La salsa a parte no había vuelto luego de ese día, e incluso aunque no quería admitirlo también extrañaba ese pedido.