~Platillos que enamoran~Sanji y tu~

Platillo 44

Sanji

Sentí como mi brazo era apretado fuertemente, tal cual aquella vez. Sus manos eran pequeñas a comparación de las mías, aun así intentaba sostener mi brazo con fuerza mientras las lágrimas caían por sus mejillas. Hana... ¿Por qué lloraba ahora? ¿Realmente era mi culpa? Tal vez simplemente ella...

- ¡E-eres un idiota!- Esos ojos llenos de lágrimas que parecían tan sinceras siempre lograban que confiara en sus emociones.

- ¿Por qué?- Sus lágrimas seguían cayendo y apretaba mi abrazo cada vez más fuerte, sin embargo, no tenía respuesta.

- Idiota... - Era mi culpa... ¿Era mi culpa? No entendía de qué. Cada vez que esto sucedía no sabía si realmente era así, pero seguía aceptándolo. Una y otra vez, sus lágrimas parecían engañarme.

- ¿Es mi culpa?- Pregunté otra vez, quería estar seguro.

- ¡Claro que lo es!- Su mirada atónita me miro con enojo y su voz se distorsionó poco a poco. Parpadee un momento cerrando mis ojos, realmente esto era abrumador.- Así nadie te querrá...- Esa voz... Abrí mis ojos rápidamente para notar que el agarré en mi brazo ya no estaba y que aquella persona tampoco. T/N... Era T/N...

- Deberías dejar de jugar así conmigo. Idiota... ¿Crees que puedes ir diciendo tonterías a cualquiera? "Me gustas, Tini", Realmente le dices eso a alguien justo antes de decirle lo mismo a otra persona? Solo finges amarme, ¿Verdad?- Ya no sabía quién hablaba, si Hana o T/N. Abrumador, era abrumador. Ella era abrumadora, y ahora... estaba tan oscuro.

- ¡Realmente te amo! ¿¡Okay!?- Caí al suelo y tomé mi cabeza adolorida entre mis manos. Abrumador.- Solo estoy confundido, muy...- Dolor. Tanto dolor.- Asustado, de hacerte daño, de herirte, herirnos.- Abrí los ojos y todo seguía oscuro.- ¿Me escuchas? ¿Estás allí? Yo... Simplemente, quiero... que los dos estemos bien.- Tan doloroso, las lágrimas se formaron en mis ojos sin que me diera cuenta.- Lo siento. Lo siento.- Me disculpaba otra vez.- Es mi culpa, ¿verdad?

El espasmo agresivo de mis pulmones tomando aire me sobresalto logrando que despertara. Una y otra vez... no podía retirar bien. Estaba alterado. Intenté calmar mi respiración mientras miraba a mi alrededor y la notaba a mi lado en la camilla. Su rostro tan tranquilo me daba una agradable sensación de paz. ¿Hasta cuánto duraría este sentimiento? Sus cabellos desordenados caían hacía la almohada y sus labios lograban sutilmente tomar aire entre la pequeña abertura entre ellos. Era tan bella...

Deje que unos cuantos minutos pasaran mientras la miraba dormir tan placidamente, me daban ganas de seguir durmiendo junto a ella, sin embargo, ya no quería dormir. Ya no podría dormir. Suspiré y tomé aire antes de levantar la cabeza nuevamente de su lado.

- Buen día...- Susurré mientras recordaba mi sueño vagamente y acomodaba mi cabello. Sentía una pesadez sobre mis hombros tan abrumadora que a penas lograba mantener mis ojos abiertos. Estaba cansado. Quería fumar el primer cigarrillo, tal vez también un segundo, o un tercero, tal vez los que hicieran falta.