~Platillos que enamoran~Sanji y tu~

Platillo 37

T/N

La extensión brillante sobre el mar se clavó en mi recuerdo, junto a su mirada tan llena de ardiente magia al hablar de lo que le gustaba. Era la primera vez que veía su mirada brillar de esa manera, su sonrisa era fascinante cuando expresaba exactamente lo que sentía, realmente era muy interesante, hasta el punto de quedarme pensando en ello mientras comíamos.

Me contó algunas cosas de él, y yo conté algunas cosas de mí. Cosas básicas que repasamos solo para recordar, como que trabaja de cocinero y yo de programadora, como que me gusta el chocolate y a él un poco de todo, como que nos gustaba leer y mirar televisión, ya fueran películas de madrugada o novelas de noche. Realmente era muy lindo verle reír, su voz era suave y agradable, no importaba con que tono la usara, siempre sonaba bella.

Jugar con él mientras el agua amenazaba con mojarnos los pies en la playa fue una experiencia que pensé nunca tendría. Recordaba como sus brazos me sostuvieron firmemente de la cintura al alzarme para que el agua no me alcanzara, como sus ojos me miraron graciosos y con orgullo al recordarme un "Te lo dije". Reír de esa forma y tomar toda esa libertad de alguna forma logro que me sintiera viva.

Estábamos en el auto, dejó que pusiera la música que me gustaba mientras tarareaba mirando por la ventana para no marearme. Me dirigía una pequeña mirada cada tanto, y yo se la respondía curiosa, no quiso decirme a donde iríamos. Él logró tener una buena parte de mi confianza, y mientras más me abría a él temía querer entregarle toda. Le miré mientras manejaba e intentaba que el movimiento del auto no me afectara.

- ¿Quieres que vayamos más despacio?- Si suave voz preguntando de imprevisto llamó mi atención.- No es necesario que te fuerces, puedo ir más lento.- Su mano hizo un cambio y disminuyó la velocidad.

- Claro...

- A veces la velocidad marea demasiado. Dime si te sientes mal, ¿si?- Asentí con la cabeza, pero no giré la mirada de él. Mi boca se abrió soltando un pequeño suspiro mientras recordaba y las palabras se escaparon débilmente como si se tratara de un lamento.

- Cuando era pequeña...- Murmuré mientras sus ojos me miraban levemente de reojo.- ...me gustaba ir rápido.- Hablé y podía sentir que él prestaba atención, que me escuchaba, era una de las sensaciones que llenaba mi pecho al estar con él.- Recuerdo que salía con mi padre luego de ir a jugar conmigo al cyber, íbamos en auto, rápido y con la música retumbando, los dos cantábamos, y luego comíamos en nuestro lugar favorito...- Comenté vagamente mientras pegaba mi mirada en la ventana.- Comida picante, condimentada de una forma en la que una explosión de sabores llenaba tu boca, comida considerada chatarra, pero con él esas libertades no importaban.- Sentí su suave mirada mientras el silencio se apoderaba del lugar antes de escucharle.

- Debe de ser un padre genial.- Su voz ante mi silencio hizo que la presión que se generaba ante los recuerdos se escapara de a poco.

- Si, si lo era...- Le sonreí suavemente y me encogí ante el frío viento que desordenaba mi cabello al entrar por la ventana.- Murió hace muchos años. Fue... uno de mis golpes bajos.- Intenté no sonar mal mientras hablaba. - Lo siento.- Hablé antes de soltar una risa que sin que lo deseara sonó forzada. - Se supone que esto no debería ser triste...