—No quise ponerme tan borracho, solo fue un pequeño error Adrienne.

Es en este momento en donde me doy cuenta con indiferencia que no siento ni la más mínima pena por él. No siento absolutamente nada por este patético ser humano.

—¡¿Me estás diciendo que golpear a una mujer indefensa, a la que supuestamente amas es un pequeño error?! ¿Y haber estado borracho te da el derecho de hacerlo? —le gritaría totalmente fuera de mí.

Lilian se pone en frente de Troy para distraer mi atención.

—¿Así que había otro hombre en las sombras todo este tiempo? Interesante, me pregunto qué historias saldrán de eso... —exclamaría Lilian con supuesto asombro, tirando su veneno.

Apenas puedo evitar caminar hacia el otro lado de la habitación para arrancarle las bonitas extensiones de cabello a Lilian.

 —Justo como había otra mujer en las sombras todo este tiempo. ¿Cierto, Troy? —lo veo cerrar sus ojos y respirar profundamente. Lilian y él no solo tuvieron una aventura de una sola noche por lo que denota su mirada.

—¿De verdad? ¿Cuánto tiempo llevan acostándose? —preguntaría cruzando mis brazos enfrente de mi pecho, con una sonrisa sarcástica.

—Más tiempo de lo que me gustaría admitir, pero apuesto a que no tanto como tú, que has estado acostándote con ese idiota —reclamaría Troy colérico.

—¿Sabes qué? No importa, no necesitábamos engañarnos el uno al otro para darnos cuenta que lo nuestro jamás funcionaría, no ha funcionado durante mucho tiempo, pero antes de ayer, esperaba que al menos pudiéramos seguir siendo amigos pero ahora ni siquiera tolero verte en pintura.

—¡Está bien! De todas maneras, ¿quién es él? ¿Con qué clase de hombre mugroso me reemplazaste, Adrienne? ¿Puede darte tan siquiera la vida que tu mamá quiere para ti?—preguntaría Troy con una sonrisa triunfal.

—Nunca se ha tratado de dinero, se trata sobre dignidad y fidelidad. No lo entenderían, ustedes se merecen el uno al otro.

Termino de guardar mis cosas en mis maletas y me dirijo hacia la puerta. No puedo esperar para alejarme de ellos dos.

—Sabes Lilian, tengo algo que decirte antes de irme. Puedo perdonar a Troy por engañarme. Demonios, yo también lo estaba engañando pero ¿a ti? ¡Tú eres mi hermana! —gritaría con confusión, al no poder creerlo de mi propia hermana —Pero te engañará, como lo hizo conmigo, no tardará mucho, si he aprendido algo de Troy es que nunca está satisfecho.

—¿Quién demonios te crees Adrienne? Solo eres una perra aburrida que no vale nada —exclamaría Lilian enojada en mi cara.

Estoy tan enojada que quiero romper algo. La maleta de Lilian está abierta sobre su cama y su ropa está apilada junto a ella.

—¿No sabes quién soy? Déjame te lo recuerdo linda... —diría con una sonrisa falsa en mi rostro, enseñándole mi blanca dentadura.

No pienso con claridad, me acerco hacia la ropa de ella y simplemente lanzo su ropa por el balcón al igual que con el celular de Troy.

—¡Mi ropa! Todo era de diseñador Adrienne —exclamaría Lilian indignada, dedicándome una mirada de odio puro.

—Pero diseñador del mercado, querrás decir querida...

Para variar, Lilian no tiene nada que decir, su rostro es una máscara de horror y de rabia. Con eso me doy la vuelta y salgo por la puerta con la cabeza bien en alto.

—Estoy orgulloso de ti cariño —levanto la vista y me doy cuenta de que Landon ha estado parado en el pasillo todo el tiempo, él ha escuchado la conversación completa.

Una señal del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora