Cuando estoy a 10 minutos, solo es carretera, nada de edificios, ni casas. Subo un puente y más adelante hay una intersección, miro el mapa y me guía hacia delante. Falta 7 minutos. Más vale ese hijo de puta, no haberla obligado. Y ella, no debería acceder pensado que no le queda de otra. Entre más lo pienso, más me hierve la sangre. Puedo palpar, la rabia que siento.

-Gire a la izquierda, para llegar a su destino- me avisa la voz.

Lo hago.

Encuentro unas paredes enormes y una garita en medio, a sus costados las puertas gigantes. El corazón bombardea más deprisa. Presionó el volante, me desagrada la idea de detenerme por un momento. Suspiro, frustrado.

-Bienvenido a la villa lobos- ¡Lobos! ¿De verdad? Trata de burlarse de mí. Quizás en este momento, ese asqueroso lobo, se está devorando a mi bailarina. Continua- ¿nombre y número de villa?- me pregunta.

Maldición, no me había percatado de esa información, necesito, número de villa y nombre de ese imbecil.

-Podria darme un momento, llamaré a mi amigo, es que no recuerdo- asco, me da esa palabra "amigo" a ese hijo de perra.

Llamo a Tómala.

-Hola, mande una de las chicas para allá- me informa.

-¿El nombre y número de villa de ese...- elevo la voz. Me quedo callado y miro al guardia, que me observa con expresión rara- no lo recuerdo. Demelo.

-Oh, no sea si sea buena idea- presionó la mandíbula. Respiro profundo.

-Quiero esos datos, o lo meteré en graves problemas a usted y su empresa- agrego con un susurro y a la vez que se mantenga mi tono de amenazador.

-Bien. Su nombre es Ismael Rosales, número de casa 107- cuelgo.

-Ismael Rosales, 107- le doy la información. Revisa en su tablero.

-Tome el carril derecho, luego izquierdo y continua a unos 6 metros, una pequeña fuente verá y gira a la derecha y la última casa- preste atención a cada una de sus palabras. Haciendo un croquis, en mi cabeza. Todavía tengo que conducir, aún más.

-Gracias- le digo.

El guardia de seguridad, le hace seña a su compañero, para que abra la puerta. Y apenas tengo el espacio suficiente, acelero. Las puertas no estaban del todo abierta, quizás haya rayado el auto, y que más da.

Tomo la derecha, luego la izquierda y conduzco hasta ver la maldita fuente. Un hombre mayor, sale de su hogar y se despide de su esposa. Niños jugando en los jardines. Jóvenes sacando a sus mascotas. Otros riendo, una pareja peleando, veo de todo en este maldito lugar, menos la fuente ¿Me habre perdido? No lo creo, seguí sus indicaciones, pero estoy seguro, que ya pasé los 6 metros. Conduzco un poco más y a lo lejos veo la fuente, relajo mis hombros. Cuando llegó a la esquina, giro a la derecha y en esta cuadra no hay casas, apegadas cómo en las anteriores. Solo hay una y está al final. Un auto de color negro, está estacionado en frente de la casa. Memorizo las placas.
Me estacionó detrás del auto y me bajo enseguida, voy hacia la puerta ¿Que hago? Tocar el timbre, ni que estuviera loco. Vuelvo al auto y abro la puerta del copiloto, agradezco tener accesorios de mi hermana en la guantera también veo mi antifaz. Agarro una de sus vinchas, y otra cosa que agradezco como antes nunca lo he hecho, es saber abrir cualquier puerta. Me pongo el antifaz.

Hago algunas maniobras, me costo un poco de tiempo pero lo logré. Ingreso a la casa y es muy grande, hay dos escaleras a sus costados y escojo rápido, subo y empiezo por el pasillo de la izquierda hay tres habitaciones.

-¿Tendrás que salir, quieras o no?- escucho a alguien gritar y su voz proviene de abajo. Tome el camino equivocado. Corro hacia donde escuché la voz- se que estás aquí, revise cada rincón.

Devuélveme El Corazón.Where stories live. Discover now