Stean

32 11 14
                                    

—Necesito que la cuides—asiento—Regresaré en unos días.

Es solo por pocos días, pensé.

Mi hermano estará libre en poco tiempo. Me iré de casa. No sé qué haremos para sobrevivir pero lo haremos, juntos. Como mismo nacimos. Como debe ser.

He ahorrado algo de dinero. Es poco pero nos servirá al menos para conseguir un lugar decente por algunos meses. No quiero que Steven se rompa la cabeza pensando de dónde sacará dinero para ambos.

Abrazo su cuerpo delgado y suspiro. Es lo único que tengo. Mi mitad.

—Cuídate por favor— le susurro. Las lágrimas corren por mi cara. Siempre he sido tan débil. Stev siempre me ha protegido de todo lo que sucedía a nuestro alrededor. Ahora que no está,  nada está bien, absolutamente nada.

No soy feliz y no creo serlo nunca.  No quiero vivir.  No quiero.

Mi única razón para vivir esta vida siempre ha sido él.

Su sonrisa. Su amor por el fútbol. Por ayudarme, por ayudar a todos.

Solo vivo por él.

Me ha dejado una tarea y pienso cumplirla perfectamente.  Cuidar a su chica.

***

Hoy me he pasado por la escuela de Allyson. Merendaba sola. En un rincón. Pero extrañamente Lucía feliz. Stev me contó que un día mientras intentaba inventarse una vida normal mirando hacia esa escuela, la conoció, la vio peleando y no dudó en interferir.

Allyson se veía bien, así que me he marchado.

En casa todo ha sido una maldita odisea. Emma y su esposo, mis padres adoptivos, pelean todo el tiempo. Yo me encierro en mi cuarto. Como siempre. Nunca le he contado sobre eso a Steven, se los he pintado de colores para que no sufra más de lo que ya lo hace. No merece la pena.

Siento un vacío constante en el pecho.

Un vacío que no sé si alguien logrará llenar algún día.

Un vacío que me hace llorar y querer desaparecer todo el tiempo.

Un vacío que me ha arrastrado a lo profundo y me ha echo intentar desparecer dos veces.

Me odié por despertar.

Me odié por poner otra carga sobre los hombros de mi hermano.

Me odié por no servir siquiera para eso.

***

Allyson me ha descubierto, puta madre, me ha visto. Y me ha llamado Steven. Me ha tocado improvisar a puro nervio.

—Te has comprado un móvil — me dice introduciendo la mano en mi bolsillo para sacarlo. — doy un salto hacia atrás de la sorpresa.

—Ehmm, si, me lo he comprado— tartamudeo y me paso una mano por la cara, menuda mierda.

—Podremos hablar por teléfono— suena ilusionada con la idea y no me atrevo a arruinar su felicidad. Necesito fingir ser Steven. Necesito hacer esto bien. No puedo arruinarlo.

Intercambiamos números. Y después  de muchas preguntas, de que invadiera mi espacio personal miles de veces. Logré marcharme.

                       ***

Hoy he sonreído. No recordaba ya el sonido de mi propia risa.
Allyson es muy despistada. Demasiado.
La muy torpe se ha estrellado de bruces contra un árbol mientras me miraba embobada.

Only in your dreamsWhere stories live. Discover now