9

83 60 20
                                    

La clase más larga de la historia y los noventa minutos más tortuosos de mi vida.

Para mi sorpresa mi defensa hizo que el profesor se levantara de su asiento en la primera fila, me diera un aplauso ruidoso y luego una palmada en la espalda. Esto me hizo sonreír como una idiota, al menos sé que no he elegido el camino incorrecto y me probé a mi misma que no moriré porque cientos de pares de ojos centren su atención en mí y solo en mí.  Puedo hacerlo y estoy más convencida que nunca de estar avanzando en la dirección adecuada. No arruinaré esto, al menos no por el momento.

Si logré parecer tranquila y profesional es porque sé que me espera algo peor fuera, sé que miles de ojos extraños jamás tendrán el poder sobre mí que tienen los que me esperan a pocos metros de aquí. El oxígeno comienza a amenazarme con escaparse de mí cuando todos comienzan a abandonar el salón y a desaparecer por la puerta de salida.

He querido esto por mucho tiempo y comienzo a retroceder como siempre lo hago. No me siento emocionalmente preparada.

Pensé que lo estaba pero no me siento ni lista ni capaz de enfrentarlo.

Han pasado los años pero no he dejado de ser ni insegura ni llorona, sigo siendo la misma chica que dejó abandonada en un parque con el corazón entre las manos.

Agarro mi libreta de notas, el boli y el celular y los acomodo en mi pequeña mochila.

Steven se hace visible nuevamente en la puerta y me trago mi saliva de golpe. Maldigo para mis adentros, qué onda con Steven por convertirse en esta versión enorme y demoniamente sexy del pasado.

No me pierdo como el profesor Kant lo abraza e intercambian saludos con lo que puedo decir es cariño.

Steven estudió aquí o aún lo hace, definitivamente.

Me acerco a ellos con paso sigiloso.

—Que bien verte por aquí Ahlberg. Deberías pasarte más seguido.

—Lo pensaré— Steven pone su brazo sobre el hombro de Kant y este le sonríe ampliamente.

—Cuídate muchacho.

Paso de largo por el lado de ambos, lo último que necesito es llamar su atención.

—Eh, señorita Stewart— rayos. Me detengo y volteo hacia atrás aferrándose a las asas de mi mochila con fuerza—Estuviste increíble— levanta el pulgar hacia mí con una sonrisa y me sonrojo a un nivel extremo.

—Gr...gracias— tartamudeo colocando un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

—¿Pensé que lo habías superado?

La voz de Steven me saca de mi burbuja de vergüenza y lo miro sin entender a qué se refiere.

—Pensé que habías superado tu fobia a lo desconocido— me aclara.

—Sigo siendo la misma— susurro con resignación hacia mí, hacia él, hacia mi actitud de porquería.

Miento si digo que no está más que bueno y que eso no me encanta pero me gustaría aún más saber que sigue siendo el mismo debajo de toda esa coraza, que ese chico que amé a los dieciséis sigue estando ahí, que ese mentiroso que tengo hoy en la mente en una ilusión y todo tiene una explicación racional que haga que olvide las lágrimas que derramé.

Caminamos uno al lado del otro en silencio, no me pierdo como casi todo el género femenino que se le cruza babea sin disimulo o se acerca a saludar con demasiada sonrisita y toques para mi gusto. Nuestras personalidades son tan opuestas que llego a sentirme ridícula avanzando a su lado. No hay cara que reconozca ni persona que sonría al verme.

Me dejo guiar por sus pasos que sin duda tienen una enorme experiencia por todo el lugar, me sudan las manos y mi respiración es un desastre, no sé qué decir, no sé cómo actuar. Mi cuerpo actúa en piloto automático detrás de él y simplemente le sigue, estoy demasiado nerviosa para hacer más que eso,

Primero

No sé qué rayos hacía en mi salón.

Segundo

No sé a dónde vamos.

Tercero

Me muero por gritarle que me gusta.

Cuarto

No sé a dónde mierda se ha ido mi enfado.

—Steven — Le hablo deteniéndome en mi sitio y hace lo mismo para voltear hacia mí, clava sus ojos en los míos y tengo que apartar la mirada.

—¿Si? ¿Qué pasa?— pregunta mientras revuelve su pelo de forma graciosa pero sin conseguir verse mal. Es perfecto. En todos los sentidos de la palabra. Es tan perfecto que duele mirarle.

— ¿A dónde vamos?— señalo los alrededores, estamos en lo que reconozco como el parqueo y no me ubico a qué juega, qué se propone.

—Solo intento buscar un lugar tranquilo.

Él  y yo

SOLOS.

Se acerca a una moto, agarra un casco y me lanza otro que sorpresivamente aterriza en mis manos y no en el suelo...okay una moto, encima de todo una maldita moto, para aclarar no tengo nada en contra de ellas en realidad las amo y es gracias al dueño de esta preciosura. Recuerdo cómo me hacía memorizar cada pieza, cada engranaje, cada maldito cable en su lugar y me aseguraba que algún día estaríamos recorriendo la ciudad de noche en una moto a la altura.

Hoy tiene una Aprilia RSV4, no vallan ahora a pensar que estoy loca pero soy muy fan de Moto GP, lo veía una y otra vez como único consuelo cuando desapareció. Steven cumplió su sueño, sin mí.

Jamás pensé que vería una en la vida, resulta que estoy sosteniendo su casco entre mis manos y en solo segundos podré vivir una experiencia tan soñada y muy irónicamente con la última persona que pensé volver a encontrar.

— ¿Es tuya?— no puedo evitar preguntar y su asentimiento me hace sonreír— lo has conseguido.

—Así es, es un sueño cumplido.

—¿Cómo la llamas?—pregunto curiosa. Eran cientos los nombres que tenía pensados y aunque eran cursis lo hacían sonreír con amplitud y orgullo como pocas cosas.

—No tiene nombre— su seriedad y su tono tajante me provocan un golpe de realidad. Me hacen querer sacudir mi propio cuerpo. No somos aquellos niños. Ya no más

Mis ojos se llenan de lágrimas y me obligo a mirar hacia un lado mientras me coloco el casco para disimular mi tristeza. Steven avanzó y cumplió sus sueños mientras yo me quedé atascada en un pasado de fantasía. Soy una idiota sin precedentes.

—No fue lo mismo sin ti— escuchar estas palabras salir de su boca hacen que sienta hielo y fuego recorrer mi cuerpo en el mismo instante.

Ahora menos que nunca sé que debo esperar de este chico.




Only in your dreamsWhere stories live. Discover now