13

62 42 18
                                    


El botón de DELETE debería ser incluido en la configuración de cada ser humano. Espero y algún día llegue a Dios mi mensaje y las personas como yo podamos cumplir ese sueño.

DELETE para todos aquellos momentos que cuando los volvemos a recordar nos hacen sentir patéticos.

Kyoto cumplió su palabra y fue por mí. Me encontró a medio camino trotando con la mente perdida. Necesitaba salir de ese maldito lugar, necesitaba quitar de mi mente la imagen de Steven besando a otra después de haberlo hecho conmigo. Necesitaba respirar aire que no estuviese contaminado por su mierda y sus mentiras.

Kyoto no hizo preguntas, ningún comentario sobre mi cara echa un desastre. Se limitó a pasar por unas cervezas y no pude negarme, no quedaban fuerzas y estaba a medio paso de la deshidratación.

Unas cervezas poco a poco se convirtieron en uuuuunas cuantas más y terminé borracha contándole mi vida desde el minuto cero en que recuerdo existir.

Recuerdo vagamente que me subí a la cama y comencé a insultar a mi padre, a la vida, a la universidad y ni siquiera sé por qué, a Steven, a la rubia sin nombre, en fin, a medio mundo porque el odio me estaba saliendo por cada poro.

Me he despertado con el característico dolor de cabeza de la resaca y la boca seca, no quiero pensar y solo pido que Kioto no recuerde mucho y así me evite hablar de cosas que ahora mismo no quiero recordar.

Me dirijo al cuarto de baño, cierro la puerta lentamente evitando hacer ruidos y casi pego un grito al ver mi reflejo en el espejo, what the fuckkkkk parezco sacada de una película de terror de esas que te cagas del susto.

Intento con los dedos calmar un poco el volcán que tengo por pelo pero, pensándolo bien, para qué, hoy me pienso pasar el día en pillama dando vueltas por el apartamento y tomando todo líquido que encuentre a mi paso.

***

—Mamá — grito a través del auricular de mi celular emocionada. Necesitaba oír su voz más que nunca.

—Mi niña— Un abrazo de su parte es todo lo que necesito justo ahora. Un abrazo y se me reconstruyen la mitad de mis pedazos.

—Cuéntame sobre el proyecto que ibas a presentar ayer, cuéntame, ayer quería llamarte, pero me pasé— vacilo pero, es mamá y lo suelto sin dudar— tragos— siento que se me revuelve el estómago de recordar.

—¿estabas de fiesta?— su voz divertida me hace recordar lo increíble que es y la confianza que siempre tiene en mí.

—Primero el proyecto, después sobre mí.

—¿Adivina?

—¿Lo conseguimos ? Dime que sí Alice Stewart, ¡dime que sí!— me mordisqueo las uñas esperando su respuesta, si no la han elegido es porque realmente no eran muy buenos haciendo su trabajo, mamá es genial y tiene unas ideas exóticas que las flipas.

—Aprobadooo.

Cómo no sentir orgullo inmenso cuando tienes por madre a una guerrera, una mamá que no se rinde y una profesional que tampoco lo hace, la amo tanto y no solo porque es mi madre, también es mi padre y mi mejor amiga.

Sin darme cuenta derramo una que otra lágrima, se merece tanto esto. Quisiera... quisiera poder estar ahí y acompañarla. Quisiera estar cerca.

— Estoy muy orgullosa de ti, mamá y lamento como no te imaginas haberme perdido ese momento.

—No te has perdido nada, estabas justo a mi lado, siempre lo estás mi niña.

—Para ya, que sabes como soy— estoy llorando pero es de felicidad, pero aún así no puedo detenerme.

Only in your dreamsWhere stories live. Discover now