11

95 51 35
                                    


1 hora y minutos antes

Ya les dije, amo las motos pero por Dios este casco me está haciendo la vida imposible cada vez que intento sacármelo.

Justo hoy tenía que hacerme una coleta alta con pequeñas mariposas adheridas al cabello, menudo desastre, maldita suerte la mía.

Steven fue por unas bebidas porque según él tiene la despensa vacía y necesita hidratarse.

Yo lo he interpretado como la excusa perfecta para aplazar aún más esta conversación porque está tan nervioso como estoy yo, apenas hemos cruzado palabra.

Sigo peleando por quitarme el casco sin arruinar mi peinado y solo lo consigo después de sacarlo de tirón olvidando que amaba mis adornos de mariposas, AAAAAAAAH.

Cuánto odio arruinar mis cosas favoritas pero en estos momentos no coordino correctamente.

—Déjame ayudar—dice Steven caminando hacia mí y poniendo la bolsa encima de la moto. ¿Ayuda? Llegas tarde en todos los sentidos de la palabra.

—No te preocupes ya se arruinaron, ¿Podemos quedarnos a conversar aquí?

—Tú decides ¿Qué vas a tomar?— pregunta abriendo la bolsa para que elija, me parece tan fascinante el cambio de su voz que me pierdo, me pierdo y olvido que debo odiarle.

—¿Cerveza, o algo así ? —digo abriendo los ojos exageradamente. Si me quieres coherente y correcta jamás me den de beber.

—¿Gaseosa o algo así?— dice en un tono divertido que hace que se me escape una risa nerviosa, que torpe soy a veces.

—¿Sprite?— no es mi favorita pero si la suya y lo pregunto con toda la intención  intentando calcular cuánto de sí ha cambiado.

—Tengo solo una— hace un ligero puchero con sus labios como un bebé y mi corazón da un maldito vuelco en mi pecho. Soy auténticamente una floja— supongo que puede sacrificarme por ti— me la extiende con media sonrisa y no sé si interpretar esto como una clara señal de que soy alguien importante o simplemente es un jugador nato como dicen por ahí.

—Al menos algo no ha cambiado— se me escapan las palabras en un susurro y me arrepiento, es demasiado pronto, demasiado.

—No sé si ya deberíamos hablar del tema— y cambia a alguien tan serio que parece un chico diferente.

Analizando bien las respuestas que conlleva esa pregunta creo que necesitaré algo más fuerte por el momento. Necesito la fuerza que no tengo.

—¿Me pasas una cerveza? —me mira con cara de confusión enarcando una ceja —He cambiado de opinión.

* * *

—¿Qué pasó contigo? ¿Por qué desapareciste así? Me mentiste, desapareciste— mi voz es apenas un hilo, paso mis manos sudadas por el contorno de mi ajustado vestido una y otra vez porque me importa demasiado su respuesta y me molesta su silencio — ¿Por qué jamás supe— me detengo porque no quiero hacerle daño por elegir las palabras incorrectas— jamás me contaste siquiera del orfanato Stev? ¿Por qué? — Intento no sonar patética y desesperada. — Me mentiste.

No responde, veo la frustración reflejada en su rostro y cómo se toma su tiempo analizando demasiado cada respuesta, esta situación me estresa y afecta más de lo que me gustaría mostrarle.

Only in your dreamsWhere stories live. Discover now