¿Qué pasó?

3 2 0
                                    

Capítulo Treinta

—Felicidades Brais - dije saltando a abrazarlo y besarlo.

—Gracias.

—Tienes la nariz roja, ¿te golpeó?

—El terreno es peligroso.

Eso es un si.

Sin duda Foster es un tramposo.

Recibió un mensaje y me soltó para revisar su celular, estaba feliz de que haya ganado.

—Volviste a ganar —comentó Foster, me dedicó una sonrisa e hizo una reverencia. Mierda—. Me alegra volver a verte Denisse, no cambiaste nada.

—No se de que hablas.

—Vamos linda, me conoces bien, ¿acaso no le dijiste a Brais?

—¿Decirme qué? —su expresión de alegría se esfumó.

Miré al castaño y negué con la cabeza.

No hagas esto, Foster.

—Tu amada Denisse fue mi novia por algún tiempo y para que vuelva con ella te buscó para darme celos.

—¡Foster!, no seas mentiroso.

—Qué pasa Ale, ¿acaso no recuerdas cómo nos divertimos en el cine?

—Las cosas del pasado se quedan sepultadas.

—¿Es verdad? —preguntó Brais finalmente, guardé silencio—. Contesta.

—Salimos por dos meses pero eso fue antes de conocerte, nunca te busqué por venganza.

—Fingiste no conocerme todas las veces que nos vimos, dile la verdad a Brais, lo usaste para llegar a mi —Foster tomó mi mentón y se acercó a mi oído—. Gracias por ser el arma secreta para destruirlo.

—No. Brais debes creerme yo jamás...

—Tu novia es tan sabrosa que aún recuerdo su sabor dulce y esa fragancia a olivo pero debo decir que es muy apresurada, me sedujo para hacerlo en la primera cita y debo decir que lo...

Antes de terminar Brais lo golpeó, se subió sobre él y no se detuvo hasta que Chris tuvo que sujetarlo.

Foster se llevó la mano a su nariz para detener el sangrado.
Forcejeó con Chris hasta que este los soltó, se acercó a mí de manera intimidante, sus ojos no demostraban amor, había odio en ellos.

—Me mentiste, la única persona en la que confíe me mintió.

—Brais, tú sabes que es mentira.

—No —su voz sonó temblorosa—. No sé qué es verdad o mentira.

—Estuve con él pero no duró mucho, terminamos por que siempre se sobrepasaba.

—¿Cuánto tiempo planeabas ocultarlo?

—No pensé que sería importante, también tengo derecho a tener mis secretos.

—No quiero que vuelvas a buscarme.

—No, no hagas esto —acuné su rostro y pude ver sus ojos llorosos.

—Aléjate, no quiero saber nada más de ti, fui tu maldito pasatiempo, ¿Te divertiste al enamorarme?

—No, estás equivocado, te amo Brais —se liberó de mi agarre, mi corazón dolió, no puedo perderlo por algo como esto.

—Olvídate que existo, si tanto me amas no volverás a buscarme.

—¡Brais!, por favor no te vayas, ¡Brais!

Me abracé a mi misma, nunca volteó a pesar de llamarlo.

Atril de SonreirWhere stories live. Discover now