De compras

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Capítulo Nueve

Detesto los miércoles al igual que el resto de los días, con excepción del fin de demás.

Ariana tiene clase extra con la profesora de artes y Tamara debe asistir a sus ensayos con las porristas para el próximo partido de fútbol americano.

Y Christopher debe practicar con su equipo más horas de lo acordado, seguirán con las competencias y no quiere decepcionar a su padre.

Todos tienen algo que hacer, menos yo, aunque estar en casa viendo algún programa de televisión es un estilo de vida cómodo.

Con pereza caminé hasta la salida, ver a todos riendo y hablando me hicieron recordar lo mucho que detesto caminar en silencio. No sería malo usar audífonos todo el tiempo como Brais pero también se corre el riesgo de sufrir un robo.

Entre los chicos que subían a los buses lo vi, es beneficioso que sea alto porque me facilita encontrarlo, aún me pregunto como es que nunca me percaté de su existencia.

Nuevamente mi cuerpo y mi boca se movieron solos.

—Brais —volteó y su primera reacción fue fruncir el ceño—. ¿Te acompaño?

—No.

—¿Porqué?

—Vete a casa y no molestes, Denisse.

—Dime Ale —recalqué.

—Como sea.

A una distancia prudente lo seguí, si alguien me pregunta porqué lo hago no sabría que decir, sé que no es bueno seguir personas pero en este caso...bueno, no tengo excusas para justificarme.

Además no quiero volver a casa y estar en ese silencio absoluto, Brais es un imán para mi curiosidad.

No es mi culpa, Chris me pasó su curiosidad, recuerdo que de niños teníamos una vecina quien tenía una nieta muy pequeña, la vimos tres veces en su carrito pero las siguientes semanas desapareció.

Él dijo que se la comió y yo pensé que estaba secuestrada. Si, la imaginación de un niño es inmensa.

Hicimos un plan para entrar a su casa, la puerta del sótano no tenía seguro por lo que ingresamos sin problemas, estuvimos una hora revisando, incluso en la basura pero no hallamos algún rastro sospechoso.

De pronto, en el baño escuchamos unos llantos y al entrar vimos a la mujer bañando a su nieta, llamaron a nuestros padres y afirmó que queríamos robarle.

Atril de SonreirWhere stories live. Discover now