Atril de Sonreir

Sabes todo de mi

Capítulo Veinte

Denisse

Llegué más temprano que todos, algunos alumnos estaban vagando por los pasillos conversando sin preocupaciones, Ariana me avisó que vendría a terminar su cuadro pues hoy es la presentación de dicho trabajo.

El aula estaba repleto de lienzos, ella estaba a espaldas de una ventana con su cabello amarrado en una coleta alta.

—Buenos días Ari —saludé depositando un beso en su mejilla.

—Muy buenos días Ale —sonrió.

—Deberías estar estresada por la presentación pero es todo lo contrario.

—Es un día maravilloso.

—Actuas raro, ¿que pasó?

—Nada.

Encogí los hombros, es una chica muy difícil, me paré a su lado y miré con detenimiento el cuadro.

—Ese es...

—Christopher.

La pintura lo muestra apoyado en una ventana, su prenda superior es roja pero ajustada a su cuerpo, los colores y detalles que hizo son tan impresionantes que sentí como si estuviera a su lado en ese instante.

Su pintura transmite mucho, el rostro calmado del rubio emana tranquilidad y a la vez intriga por saber qué capta su mirada. La paleta de colores es viva pero para ciertos detalles usó algunos oscuros.

—Te transporta ¿no?

—Si, siento muchas cosas.

—Entonces el trabajo está bien.

—Eso quiere decir que se reconciliaron.

Torció los labios y dejó a un lado el pincel.

—No, el tiempo no alcanzó para hacer otro y, con todo lo pasado solo iba a pintar frustración y negatividad.

—Siempre dijiste que tus emociones son la base de tus trabajos.

—Exactamente, debo crear una obra para el examen de la universidad.

—Lo harás bien.

—Habrán muchos artistas incluso mejores que yo, todo depende de la calidad y que logre transmitir los sentimientos en mi arte. Existen casos donde novatos vencen a profesionales, aquellos que una vez reprobaron el exámen siguen intentado pero ya tienen un poco de experiencia en ese ambiente tan tenso.

—Tu mamá también era pintora según recuerdo, ¿Qué crees que te diría?

—Ni idea, tengo recuerdos vagos con mis verdaderos padres pero según mi papá —mordió su labio con fuerza, la mezcla de emociones emana por su voz débil—. Es decir, mi tío, el padre de Brais.

—Es tu padre también, no te compliques explicando por qué lo llamas así.

—Me entregó un cuaderno de mamá donde relataba sus vivencias, algo como un diario que incluye dibujos y apuntes. Decía; Aunque pintes a la perfección, lo hagas constantemente y te guste hacerlo, si te cuesta mucho competir con personas incluso mejores que tu es preferible elegir otro camino.

—Siempre supe que en el arte también puede ser competición, en especial para ingresar a las universidades.

—Si ella logró ingresar a pesar de tener a miles como revales, yo también pasaré.

—Supongo que la temática del cuadro desnudo cambió.

—De último momento pero sí hice un dibujo en mi cuaderno —añadió avergonzada.