Choque Imprevisto

26 5 3
                                    

Capítulo Dos

El bus me dejó —como siempre— tomé mi antigua bicicleta y a mitad del camino ya no sentía las piernas, otra vez pospuse la alarma como quince veces y mamá se fue más temprano, es una adicta al trabajo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El bus me dejó —como siempre— tomé mi antigua bicicleta y a mitad del camino ya no sentía las piernas, otra vez pospuse la alarma como quince veces y mamá se fue más temprano, es una adicta al trabajo.

Debo mejorar mi condición física. Hace años que no manejo y debido a eso andaba en zig zag hasta que pude mantenerme en línea recta.

Ariana se encontraba en una de las mesas del laboratorio, busqué alguna libre y la única estaba cercana a un ventanal, mientras caminaba observé a un chico con la capucha puesta recostado sobre su mochila.

—Disculpa —no respondió.

Me senté frente a él esperando que notara mi presencia

— ¡Hey!

—¿No puedes sentarte y callarte? —se incorporó dejando ver sus peculiares ojos.

Si, era el mismo chico que encontré en los vestuarios, al reconocerme sonrió ladino—. Así que eres tú.

—Perdón por el suceso de ayer.

—¿Por ser una acosadora?

Apoyó su barbilla sobre la mano.

—Si tu quieres creer eso, adelante.

—Prefiero que me toque un perdedor a una chica que busca ver tipos desnudos.

—Para tu mala suerte ahora soy tu compañera.

—Largo.

—No eres dueño de la mesa.

—Fíjate que si lo soy, no necesito una compañera.

—Dos cabezas piensan mejor que una.

—Entre nosotros el único con un cerebro cuerdo soy yo.

—No me conoces, no hables como si lo hicieras.

Sacó una libreta empezando a escribir.

—¿Qué haces? —nuevemente me ignoró, fastidiada volví a preguntar—. ¿No responderás?

—Voltea la vista hacia el pizarrón —hice caso, noté que algunas fórmulas y materiales estaban escritos—. Hace doce minutos entró la maestra pero por estar distraída no te diste cuenta.

—¡Diablos!

Traté de copiar lo más rápido que puede pero ella lo borró.

Porqué siempre hacen eso los maestros, escribir y en pocos minutos borrar.

—Traigan los cuadernos para revisarlos, comenzaremos con las dos primeras mesas —anunció la señorita Serella.

No sé si era una bendición que estuviera en una de las últimas mesas, el cuaderno de Ariana estaba siendo revisado por lo tanto no podía copiar de el, además, no soy tan amiga de los otros estudiantes.

Atril de SonreirWhere stories live. Discover now