—Está listo, está caliente —diría en doble sentido para mi bebida y para Landon.

—Kath...

—Tu teléfono está vibrando otra vez —manifestaría un Jay emocionado.

«Chat con Landon»

«Landon»

Por cierto, me encanta la manera en la que te vestiste el día de hoy.

«Adrienne»

Gracias. ¡Ahora vete! le contestaría tajante

Me veo enojada, pero mi corazón está ligero. Sé que debo hacer todo lo posible para desanimarlo, pero mientras mantenga mi corazón intacto todo estará bien, o al menos eso creo. Cuando regreso a mi departamento soltaría un profundo suspiro, sin duda alguna estoy emocionada por volver a ver a Landon pero la culpa está empezando a pesarme.

Me tomo el resto de la tarde para ordenar mis sentimientos. El hecho es que Landon me hace sentir increíble, es un buen cambio después de todo lo que he vivido a lado de mi propia familia. Paso la noche preguntándome si Landon hará una aparición o al menos lo intentará, pero mi puerta permanece sin tocar.

La noche siguiente me miro en el espejo y me mentalizo lo mejor que puedo.

Adrienne, ¡eres un desastre! Pero eres un desastre que el día de hoy va a tener una cita con Landon Downey. Así que es hora de prepararte. 

Termino de arreglarme y miraría la hora pero justamente sonaría el timbre y noto que ha llegado justo a tiempo, así que sin querer hacerlo esperar me acercaría hacia la puerta y le abriría a un Landon bastante apuesto con un traje formal negro, que hace un bello contraste con el azul de sus ojos.

—Guau...—exclamaría Landon, mirando mi look del día de hoy.

—¿Fue mucho? ¿Poquito? —le preguntaría insegura, acomodando mi vestido nuevamente con un poco de nerviosismo.

—Para una mujer que confía ampliamente en su inteligencia, eres una boba cuando se trata de tu apariencia. Podrías hacer girar miles de cabezas con una simple pijama, Adrienne —me aclararía con una tierna sonrisa, acomodando un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.

—Entonces confío en que me veo bien...

—Más que bien, eres una tigresa —al decir esto se inclinaría y me besaría delicadamente en los labios.

—Eso va contra las reglas. Los "amigos" no se besan —exclamaría con una sonrisa tentadora.

—No todos los días tienes una cita con una diosa. Tendrás que perdonarme, además las reglas están para romperse...

—Tú tampoco te ves nada mal... —diría admirando su imponente figura de dios griego.

 —diría admirando su imponente figura de dios griego

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Una señal del DestinoWhere stories live. Discover now