Casi me ahogaría con mi café. Si supieran lo que he estado haciendo las últimas noches...

—Chicos, tengo algo que decirles —es momento de decirles...

—¿Qué pasa Adrienne? Puedes decirnos lo que sea —diría Jay con preocupación.

—Bueno casi todo, me refiero a que si nos fueras a contar que has estado durmiendo con Landon Downey en secreto, no te volvería a hablar en mi vida. ¡Nunca!

—Sí, en esto tengo que unirme con Kath, pero de ahí en fuera cualquier otra cosa, está bien —diría Jay, respaldando el comentario de nuestra amiga.

Demonios con estos dos...

—Yo solo quería decirles chicos que son los mejores amigos que pudo haber pedido —soltaría con una amarga sonrisa.

 —Y tú eres la mejor amiga que nosotros pudimos tener Adrienne Lively —comentaría Kath junto con un abrazo.

—¿Sabes qué? Esta vez no aceptaré un no por respuesta. Métete a la ducha y vístete, las voy a invitar a salir, tenemos que aprovechar que ayer fue día de paga—diría Jay con un bailecito bastante divertido.

—Está bien chicos. ¡De acuerdo! Iré a prepararme. Solo siéntense y dejen de ser tan molestos —les diría mientras me dirijo al baño.

Me apuro en tomar la ducha para no dejarlos esperando mucho tiempo, me pongo un look de verano y cuando algo del baño, al entrar a la habitación observo a mis amigos husmeando ansiosamente.

—Uh...¿Puedo ayudarlos? —les preguntaría, cruzando mis brazos de manera divertida.

—Sí, puedes además deberías de agradecernos. Hemos identificado un riesgo de seguridad altamente caliente —soltaría Kath con un toque de misterio.

—¿Sabías que tu balcón se conecta con el de al lado? Deberías de asegurarte de que esta puerta esté siempre cerrada con llave —diría Jay, frunciendo sus cejas.

—Sí, tu vecino podría entrar aquí y tomar tu virginidad en la oscuridad de la noche —soltaría Kath junto con un escalofrío.

—Es un complejo de lujo. Dudo que alguien quiera probar el sistema de seguridad que costó un millón de dólares por mí. Kath, deberías de escribir una novela, tu imaginación está trabajando todo el tiempo.

Al decir esto tragaría saliva ya que no puedo decirles que no tuvo la necesidad de arrastrase por los balcones si no que lo invité a pasar por la puerta principal...

—¿Quién vive ahí? —preguntaría un curioso Jay.

—No lo sé. No es como que pase todo el tiempo espiando a mis vecinos Jay.

—Vas a desear haberlo hecho. ¡Mira esta vista!

Voltearía y justamente vería el perfecto abdomen de Landon a través de la ventana de enfrente. Su cara no es visible pero reconozco cada centímetro de esos cuadritos.

—Estoy babeando. Y, además, no me importa si es un psicópata, lo dejaría entrar a mi habitación cuando el quiera —diría un Jay embobado.

—Confirmo, necesitas empezar a espiar a tus vecino, amiga. Ese cuerpo está que arde.

—Hablo en serio chicos. Nos vamos ya...

—De ninguna manera, yo definitivamente quiero ver la cara de ese divino hombre —afirmaría Kath con una sonrisa.

—Si has visto un abdomen atractivo los has visto absolutamente todos Kath —le contestaría exasperada por su actitud.

—No dejaré este departamento hasta que le vea la cara, si no me dejo de llamar Jay Windsor —diría Jay dándole un pisotón al suelo.

Una señal del DestinoWhere stories live. Discover now