92: Promesa (Parte 4)

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El omega de cabellos dorados abrió los ojos con lentitud, había tenido una muy buena siesta al parecer, su cuerpo era rodeado por los brazos del alfa quien dormía a su lado con tanta tranquilidad, Toni miró a su alrededor y por lo que se veía a través de la ventana, ya era de noche, el omega quería irse de inmediato pues no podía estar fuera de casa otra noche más, bastante tuvo con el sermón que se llevó con su hermano en la mañana como para tener que recibir otro.

El rubio se removió un poco, buscando una manera de librarse, no obstante aquellos brazos hicieron más presión en el abrazo, eso indicaba que el alfa había despertado.

— ¿Dónde coño vas? — su voz sonaba malhumorada, el hombre sospechaba que su omega pretendía volver a huir

— Tengo que irme a casa — respondió el chico algo nervioso

— Esta es tu casa — declaró en un tono serio

— No estoy para bromas señor… de verdad tengo que irme

— No estoy bromeando, tu lugar es aquí conmigo ¿De verdad piensas que dejaré que te vayas para desaparecer de nuevo?

— Ya le dije que nosotros no podemos tener nada, lamento las molestias qué le causé pero no tengo porque resignarme a ser su pareja

— Hiciste una promesa y la vas a cumplir ¡Y tanto que así será!

— Señor… — el rubio suspiró ante la negativa del hombre — usted es quien hoy llamaba insistentemente ¿Cierto? Bueno pues entonces eso significa que tiene mi número y puede contactarme cuando quiera… no voy a huir ni a ignorarle — el rubio trataba de sonar convincente, en ese momento lo único que le interesaba era llegar a casa

— Bien, entonces adelante — el hombre se levantó de la cama y tomó sus llaves — te llevaré a casa, andando

— No es necesario, puedo tomar un taxi — Toni se alarmó, definitivamente llevar a un alfa a su casa era lo último que quería hacer

— ¿De verdad piensas que el omega de Jack Conway se va a ir en un puto taxi?

— J-Jack… escúcheme

— No hay más que decir, te llevaré yo mismo a casa

El rubio no tuvo más de otra que rendirse e ir tras aquel hombre, rápidamente salieron de la residencia y subieron al vehículo, Toni estaba inquieto y rezando a dios que Carlo no estuviera en casa o de lo contrario si que se iba a liar, su hermano si ya de por si era de carácter conflictivo, no quería saber lo que sucedería si se llega a enterar de lo que sucedió entre los dos.

Conway condujo sin decir palabra alguna y por lo que él rubio podía deducir, el alfa sabía su dirección puesto que en ningún momento el omega lo marcó en el GPS.

— ¿De casualidad usted se sabe mi dirección?

— Por supuesto que lo sé

— ¿Cómo es eso posible? ¿Yo se lo dije?

— Lo averigüé por mi cuenta, en caso de no haberte encontrado en el restaurante te hubiera ido a buscar a tu casa

— Ya veo… — Toni tragó saliva, definitivamente eso hubiese sido una muy mala idea

— Te lo dije, no voy a dejarte ir por nada del mundo

— ¿Usted de verdad quiere tener una relación conmigo?

— Claro que sí, una relación totalmente seria

— Es bastante repentino todo esto…

— Lamento si te sientes presionado, pero es que no quiero que te alejes de mi vida, hagamos las cosas bien ¿Te parece? — el hombre posó su mano sobre el muslo izquierdo del chico

— Lo pensaré — el rubio colocó su mano sobre la del alfa

El vehículo frenó justo al frente de la residencia del omega, este suspiró ante la incertidumbre de lo que podría pasar una vez atravesando la puerta, se desabrochó el cinturón de seguridad, pero antes de que pudiera abrir la puerta, su rostro fue sujetado por las manos del alfa, un beso suave y lento como despedida fue lo que obtuvo, Toni cerró los ojos por el contacto con los labios ajenos, sus manos se posaron sobre los hombros del alfa, podía notar como sus aromas se entremezclaban entre sí, una vez satisfecho, el alfa depositó un último beso en la frente, Toni abrió la puerta del vehículo y salió de el.

— Nos vemos luego Toni

— Adiós Jack

El rubio caminó a la puerta de su hogar, tenía el rostro completamente colorado, al menos daba gracias a que los vidrios del vehículo del alfa estaban tintados.

— ¡Hermano estoy en casa! — pronunció el chico al abrir la puerta

— Toni ¿Dónde estabas? — el menor salió de la cocina con un plato de palomitas en las manos

— Salí al restaurante que me gusta

— Joder estaba preocupado por ti

— Si, ya veo que si — dijo entre risas, agradecía que al parecer Carlo estaba de buen humor, esa clase de cosas sucedían rara vez

— ¿Y ese olor? — Carlo se acercó a su hermano y comenzó a olfatear — ¿Es un nuevo perfume?

— S-si así es — Toni trató de guardar la calma, por fortuna el aroma a madera de Jack podía confundirse con algún perfume — pasé por una tienda de perfumes y me dieron una muestra ¿Te gusta?

— Esta bien supongo… es sólo que me extraña que uses perfumes amaderados  — Carlo estaba extrañado pero aún así no dijo nada más

Carlo al final se giró de vuelta a la sala para sentarse y seguir viendo su película, Toni sonrió y comenzó a dar un par de pasos, pero en medio de aquello un par de golpes se escucharon en la puerta, Toni se quedó paralizado.

— ¿Quién será? — cuestionó el menor al pretender levantarse del sofá

— No te preocupes, yo veré quien es — soltó

— Vale pues

El omega abrió la puerta, no sin antes asegurarse de que su hermano estuviera enfocado en su película nuevamente, al otro lado de la puerta se encontraba Conway quien sostenía el teléfono de Toni en su mano, rápidamente el menor salió de la casa y cerró la puerta con cuidado para que Carlo no se alarmara.

— Lo dejaste en el auto nena — pronunció el alfa al entregar el teléfono

— Que descuidado soy — el omega tomó el móvil y lo guardó en su bolsillo

— Tuve que regresar para traértelo, me debes una cena ¿De acuerdo muñeca? — el alfa acarició la mejilla del chico

— Si lo que digas, quedamos después

El omega hizo un gesto de despedida con la mano y simplemente vio al hombre marcharse, una vez fuera de su vista, se procedió a abrir la puerta encontrándose con su hermano al otro lado.

— ¿Quién era? — pronunció el chico con una expresión seria

— Una persona extraviada… estaba buscando la dirección de un tal Gutiérrez, así que sólo preguntaba

— Entiendo… oye ¿Quieres que pidamos algo para comer? Estoy muy hambriento y sólo he comido palomitas — el alfa se dio la vuelta y continuó caminando en dirección a la sala, su expresión cambio a una más tranquila

— Si eso estaría muy bien — el omega siguió a su hermano, odiaba tener que mentirle pero simplemente sería demasiado tedioso el explicarle que de la nada tenía un alfa que pretende sí o sí tener algo con él

Continuará...

Corrupción (En Corrección) Where stories live. Discover now