21: Sombra (Parte 5)

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Toni yacía recostado sobre una suave cama en su enorme casa que compartía con su hermano, estaba bastante agotado por un día tan excesivo de trabajo, pues debido a la falta de personal tanto él como su hermano tuvieron que hacer el trabajo de vendedores de pirulas junto a su fiel empleado José.

Realmente resultó ser muy complicado, mucho más de lo que esperaban, ahora ya entendían un poco más a José y como este siempre hablaba de lo mucho que daba por ellos, pues como en ese día en particular los contactos que comúnmente tenían en la policía no se encontraron disponibles y sumando a ello al parecer la policía estaba aburrida, causando que esta acudiera a todos los malditos avisos, de verdad fue un milagro que pudiesen huir exitosamente.

Toni escuchó las notificaciones de su teléfono móvil, a lo cual lo tomó para revisar de quien se trataba, al mirar mensajería se encontró con mensajes de Greco, el rubio suspiró ante ello pues aún recordaba todo el nerviosismo que pasó la última vez que estuvo con él.

“Toni ¿Qué tal?”
“Quería saber si tienes
un día disponible para
vernos nuevamente”

“Greco no sabría decirte”
“Es algo que tendría que
consultar con mi hermano”
Ya sabes por el negocio”

“Bueno podrías avisarme”
“Quiero verte pronto”
“Apreciar nuevamente
tu belleza Toni”

“Greco por dios...
Usted siempre tan directo”
“No me diga esa clase de cosas”

“Joder, no puedo verte pero
me imagino que cara debes
Estar poniendo ahora”
“Que lindo eres”

“Greco si continua así
voy a bloquearlo”
“Avisado está”

“No deberías bloquear
a tu futuro novio”

“Eso es muy soberbio
de su parte Greco”

“¿Qué puedo decir?”
“Solo soy un hombre
que está muy enamorado”

“Greco no se que hacer
con usted, de verdad”

“Amarme, amarme tanto
cómo yo lo hago contigo”
“Toni me gustas mucho”
“No lo olvides”

“Créame que no es fácil
de olvidar señor”

“Ya quiero tenerte en
mis brazos amor”
“De verdad te necesito”

Toni dejó salir una sonrisa, ese hombre de verdad sabía como ponerlo en una difícil situación, pues pasó de ser un hombre tierno y tranquilo a un sujeto totalmente diferente, un hombre que parece querer llevárselo a la cama en cualquier momento y lo peor era que lo admitía claramente y aunque siendo sincero la idea no le desagradaba del todo, aún era extraño como fue que todo ello comenzó tan de repente.

Greco solía llamarle o dejarle mensajes muy a menudo y en cada uno de ellos podía percibirse la pasión que este desprendía, ese hombre en cuestión de un par de palabras causaba que Toni dudara si realmente quería seguir estando soltero o debería correr a los brazos de aquel sujeto y dejarle hacer lo que quisiera con su cuerpo.

No obstante la poca razón que le quedaba le decía que debía esperar por si algo más fuerte sucedía, por ejemplo que ese supuesto enamoramiento pudiese ser alguna clase de trampa para ver si podían atraparlo con su negocio ilícito.

Aunque una parte muy grande de él, se negaba a creer en ello, Greco parecía una buena persona, demasiado como para atreverse a jugar con los sentimientos de alguien más, por ello sólo le quedaba tener fe.

Al día siguiente, el rubio se encontraba ordenando algunos de los productos de la estantería de la tienda, en realidad estaba bastante aburrido y sin nada que hacer y por ello se había dispuesto a hacer un poco de trabajo en el local. Necesitaba colocar unas cosas hasta la cima de la estantería a lo cual se dio cuenta de que no alcanzaba.

El rubio se quedó pensando durante unos instantes en donde demonios tendría el banco para subirse y terminar el trabajo, en ese instante escuchó un silbido lo cual le hizo voltear instantáneamente.

— Que buenas vistas — habló el hombre de barba que se encontraba justo detrás de él

— Greco... ¿Otra vez por aquí? — el rubio le miró de arriba a abajo

— Pensé en venir a saludar antes de irme a trabajar, el verte sé que me traerá buena suerte, una preciosura como tu sólo podría traer cosas maravillosas

— Greco... Por favor pare — el rubio desvío la mirada pues ya comenzaba a sentirse avergonzado nuevamente

— Le dije que no iba a callarme nada, estas cosas son las que pienso Toni

— Joder es que eres muy atrevido... No puedo con eso, solamente te falta decir que quieres llevarme a un motel

Greco soltó una risa al ver el todo el caos que provocaba en aquel chico, le parecía jodidamente adorable, el hombre extendió la mano hacia Toni, este dudó unos segundos antes de tomarla, Greco sonrió y entrelazo sus dedos con los de él.

Toni miró aquellas manos, podía sentir un ambiente de calidez bastante reconfortante, el más alto aprovechó y se acercó a su enamorado tomándole del rostro, Toni le miró fijamente sentía calor en su mejillas ante la cercanía de sus rostros, podría jurar que en cualquier momento Greco le besaría.

El mayor simplemente sonrió ante la mirada tan tierna del joven, quería jugar un poco con él, pues evidentemente tenía deseos de ser malo y provocarlo, por lo que acercó aún más a su rostro rozando sus labios contra los del rubio, Greco notó como el joven cerró lentamente los ojos ¿Estará esperando el beso? Pensó Greco con una sonrisa maliciosa, al final Greco se separó rápidamente sin haber concluido el acto.

— Aún es muy pronto para eso, hermoso — dicho esto dio un pequeño golpecito con sus dedos en la frente del joven

— Ah... ¿Ya te vas? — cuestionó el rubio al tocar con sus dedos la zona que había sido tocada por el hombre

— Si, ya es hora de que entre a trabajar

— Entiendo, ya hablaremos en otro momento

— Solo tienes que contestarme los mensajes Toni

— Si esta bien... Nos vemos luego Greco

— Prefiero que me digas “mi amor” - dicho esto el hombre salió corriendo del lugar con una sonrisa en su rostro

Toni se quedó de pie pensando ¿En qué demonios se había involucrado? Ese hombre estaba provocando cosas inexplicables dentro de él, no se supone que eso debería pasar, no se supone que fuese él quien terminaría siendo seducido de tal forma, Toni tenía bastantes problemas y estos ocasionados por un estúpido juego que salió mal.

Al menos intentaba mantener los pies sobre la tierra lo más que pudiese pues no podía bajar la guardia tan repentinamente y simplemente entregarse a él por más que quisiese hacerlo, pues siendo ese hombre un policía supuestamente “correcto” entonces habían posibilidades de que tarde o temprano se enteraría del negocio de las pirulas ¿Y entonces qué? ¿Ese hombre le perdonaría la vida simplemente por ser su pareja? Claro que no, nadie haría semejante cosa, nadie arriesgaría su empleo por muy importante que la persona involucrada sea, quería estar con él pero al mismo tiempo tenía miedo, todo muy confuso dentro de su mente.

Continuará...

Corrupción (En Corrección) Where stories live. Discover now