86: Sombra (Parte 13)

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Greco continuaba conduciendo su patrulla con dirección a comisaría, a su lado yacia su compañero y en los asientos traseros se encontraba el hermano menor de Toni, el chico se mantenía en absoluto silencio, simplemente mirando hacia la ventana del vehículo en todo momento.

— ¿Y bien? — se animó a hablar el castaño — ¿Qué fue lo que hiciste?

El joven ignoró la pregunta y continuó sin despegar la vista de aquel paisaje urbano a través del cristal.

— Te hice una pregunta — continuó hablando en un intento de parecer calmado, aunque ciertamente estaba algo disgustado ante la actitud del chico

El italiano levantó la mirada y sonrió, tan sólo para regresar a la misma posición de antes, no sin antes soltar una única frase.

— Tengo derecho a guardar silencio

Greco suspiró ante la insolencia de aquel chico, sin duda Carlo era muy distinto al lindo y tranquilo Toni, no parecían de la misma familia. El resto del viaje transcurrió en absoluto silencio, el joven parecía demasiado confiado cosa la cual intrigada a Greco debido al crimen en cuestión.

Una vez en comisaría, Carlo fue custodiado por el compañero de Greco para realizar todo el proceso, mientras que el castaño se quedó esperando fuera, ciertamente quería saber todo respecto al chico, después de todo se trataba del hermano de su novio.

Los minutos fueron pasando y Greco tenía cientos de dudas, que se iban haciendo más y más grandes, y que prácticamente llegó a plantearse la posibilidad de que el hermano menor fuese el responsable del incidente de Toni y sobretodo tomando en cuenta que nunca le fue convincente del todo la historia que su pareja le contó aquel día.

Finalmente el trance de Greco se vio interrumpido por la llegada de Salinas, aquel abogado de dudosa reputación, era obvio que venía por el caso de Carlo por lo que Greco tuvo que llevarle con él, ciertamente la presencia de aquel abogado tan solo aumentaban las sospechas que tenía, esto al tomar en cuenta la clase de lacras de la sociedad qué usualmente eran los clientes de Salinas y que desde luego que existía la “casualidad” de que estos de una u otra forma casi siempre se salían con la suya sin importar lo evidentemente que fuese su culpabilidad, aunque claro, Salinas usaba esto como argumento de que su servicio era excelente, que no se notara la mancha de corrupción qué existía debajo de todo ello.

Mientras tanto, Toni iba conduciendo su vehículo rumbo a comisaría, su diversión con sus amigos se vio interrumpida con la noticia de la detención de su hermano y si bien Salinas ya estaba en el caso, nunca estaba demás en mantenerse cerca en caso de que surgiera algún inconveniente.

Era una lástima tener que apartarse de una fiesta tan divertida, la estaba pasando tan bien que seguramente tendría que reprender a su hermano por ser el causante de la interrupción.

Greco observaba con atención la bolsa que su compañero sostenía mientras discutía con el abogado, aquella bolsa contenía pastillas, decenas y decenas de pequeñas pastillas que producían un sonido al momento de chocar unas con otras producto del agite del compañero quien parecía perder los estribos conforme más tiempo pasaba escuchando las absurdas justificaciones de Salinas.

El castaño frunció el ceño, definitivamente aquellas pastillas eran drogas, no cualquier droga común, más bien se trataba de aquella que había estado rondando las calles de la ciudad y que causaban tanto revuelo... Y como si aquello no fuese suficiente, también se trataba de la misma droga que Toni había ingerido y que casi le arrebataba la vida.

No pudo soportarlo más, el hombre salió de la habitación por cuenta propia, de lo contrario hubiese estallado en cólera y hubiese cometido una tontería, no quería hacerse ideas erróneas pero no veía otra salida. Ahora todo tenía sentido dentro de su mente, la insistencia de Toni por no revelar la identidad de aquel que le proporcionó aquella droga, tal vez se debió a que fue su propio hermano el responsable.

El castaño llevó su mano hacia su barbilla, aquello era una teoría demasiado rebuscada e incluso altamente ofensiva para Toni al sospechar de un familiar tan cercano... Pero es que no podía pensar en otra respuesta, después de todo estaba más que claro que Carlo sabía lo que estaba haciendo al portar aquellas pastillas.

La puerta de la habitación fue abierta, el compañero salió de ella dejando al abogado y al detenido adentro.

— ¿Todo bien? — cuestionó el castaño

— Si, todo bien... Ya puedes irte Greco, déjame el resto a mi

— ¿Estás seguro?

— Totalmente, anda vete a patrullar

Demasiado obvio, era evidente que Salinas había llegado a un arreglo con el policía, todos son iguales.

Greco no tuvo opción, por lo que prefirió salirse del lugar junto a sus pensamientos, con cigarro en mano y las llaves de su patrulla, el hombre caminó de vuelta a la parte trasera con la finalidad de sacar el vehículo de ahí y volver a patrullar, las sospechas qué tenía de Carlo solo podían ser resueltas por una persona... Y esa era Toni, una vez más Greco tendría una sería conversación con su pareja.

Y como si de una invocación se tratase Greco se encontró con nada más y nada menos que su novio, este se encontraba fuera de su vehículo con teléfono en mano, tal parecía que este aún no se percataba de su presencia, por lo que el hombre optó por caminar hacia él.

Toni estaba enviando mensajes a su abogado, por suerte Carlo había salido libre de cargos a cambio de una generosa aportación al bolsillo del oficial que le detuvo, normalmente así era que se resolvían los problemas, con dinero, no obstante tenían que tomar muy en cuenta que entre toda esa inmundicia, aún existía uno que otro rehusándose a participar en aquel acto, un arresto en el momento inoportuno por la persona equivocada podría significar el inicio del fin, eso nunca debía olvidarse.

El joven sonrió y guardó el teléfono en bolsillo, al levantar la mirada se encontró cara a cara con Greco, a este se le veía bastante serio, Toni se sorprendió un poco por su presencia sin embargo trató de mostrarse indignado.

— Toni tenemos que hablar — habló Greco con aquella expresión qué dejaba en claro que de buenas no se encontraba precisamente

— Ya me dirás tú, me abandonaste a mi suerte — pronunció el rubio al cruzar los brazos en señal de molestia, no entendía la razón de esa expresión pero simplemente no se dejaría asustar

— No te abandoné, sólo tuve que salir a trabajar — el recuerdo de aquel detestable incidente cruzó brevemente por su cabeza, pero ese no era el momento adecuado para pensar en ello

— Pues vaya falta de caballerosidad de tu parte Greco ¿Así es como tratas a todos los supuestos amores de tu vida? Ni siquiera una maldita nota o mensaje de texto, no recibiste ni una sola de mis llamadas, debí suponerlo... No eres más que ese tipo de hombres que llenan de palabras dulces y una vez que obtienen lo que quieren... Ya pierden importancia

— No soy así, me conoces ya

— No, creí que te conocía pero tal parece que no es así

— ¿De verdad quieres hacer drama? Porque tu tampoco has sido muy honesto conmigo

— ¿De qué hablas? — el rubio se vio confundido ante las palabras del mayor

— Toni estás aquí por tu hermano ¿Verdad? Lo sé todo, yo fui quien lo trajo aquí

El rubio retrocedió por instinto, su cuerpo chocó con su vehículo, Greco se acercó aún más, acorralándole contra el mismo vehículo, no iba a dejarle huir, no podrá librarse de esa conversación. Toni estaba preocupado ¿Qué tanto sabía exactamente? Estaba en problemas, tenía que ser cuidadoso con cada palabra o de lo contrario podría hundirse más, después de todo si fue mala idea involucrarse con un policía.

Continuará...

Corrupción (En Corrección) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora