28: Tradición Familiar (Parte 8)

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Me estoy chingando unas empanadas de queso mientras escribo esto

Toni se encontraba caminado por la orilla de la playa, su mano estaba siendo tomada por la mano del alcalde, habían tenido una pequeña cita, como parte de su convivencia. Salinas tenía una sonrisa en sus rostro al apreciar a su pareja, como sus cabellos dorados se mecian con la brisa del mar, su perfil tan perfecto siendo iluminado por rayos del sol.

Toni se soltó de la mano de Salinas para dirigirse inmediatamente hacia un caracol de mar el cual reposaba sobre la arena blanca, el tamaño del objeto era grande por ello la curiosidad del rubio, el joven la tomó con sus manos y regresó hacia Salinas mostrando una sonrisa.

- Mira Raúl - pronunció el joven al entregarle el objeto

- Es bonita - mencionó el hombre al tomarla - mi madre solía decir que podías escuchar el mar a través de ella

- Si, es lo que dicen

Salinas se colocó el caracol sobre el oído, seguido puso una expresión de asombro lo cual despertó la curiosidad del rubio.

- ¿Sucede algo Raúl? - cuestionó el joven

- Bueno... Escuché algo que no me esperaba

- ¿Qué cosa?

- El caracol me ha dicho que... Bueno que voy a casarme con el chico más hermoso de toda Marbella, aunque eso ya lo sabía de por sí

- Eres un tonto - Toni soltó una risilla ante la pequeña broma de su prometido

- Cada vez falta menos ¿no?

- Si eso parece

- Ya veo... Creo que es hora de irnos Toni

- Solo un poco más por favor - pidió el joven

- Esta bien... Supongo que no puedo negarte eso

Toni se retiró los zapatos, dejándolos sobre la arena, seguido de ello se aproximó a la orilla pues quería remojar sus pies en el mar, Salinas tan solo le observaba desde su lugar, en ocasiones sentía un pequeño aire de inocencia en él, parecía una persona que realmente no pensaba con malicia ni nada de ello.

Era muy diferente a otros mafiosos que haya conocido, pues este realmente le daba el respeto a quienes lo merecían, no era tan sanguinario como los demás al momento de arreglar un conflicto, pues este siempre estaba abierto al diálogo, si podía evitar derramar sangre, lo haría sin dudarlo.

Los pensamientos de Salinas se vieron interrumpidos al escuchar el grito del rubio, al mirar hacia él, le vio en el agua, al parecer se había asustado con algo y se cayó. A lo cual rápidamente Salinas se retiró los zapatos y dejó su saco sobre la arena para ir a su encuentro.

- Toni ¿Qué pasó? ¿Te picó algo?

- No, es sólo que sentí algo rozarme los pies y me asusté jajaja era solo un cangrejo

- Ya veo - Salinas miró al joven, su ropa estaba totalmente empapada, destacando su camisa blanca que se semi transparentaba dejando apreciar algo del cuerpo del chico

- ¿Sucede algo Raúl? - preguntó el chico al ver el repentino silencio del hombre, segundos después se percató de lo que el hombre estaba viendo - oh que guarro, de verdad que no puedes estar sin derramar leche - mencionó al cubrirse con sus brazos

- No estaba viendo nada

- Si que lo estabas... Me desnudabas con la mirada ¡cochino!

Salinas se sentía muy expuesto, porque si era verdad, por unos instantes pensó en tomar al chico de una buena vez por todas, al final admitió sus pensamientos a lo que él rubio tan sólo le acarició del rostro, de alguna manera ya no sentía molestia ante la actitud caliente de su pareja.

Corrupción (En Corrección) Where stories live. Discover now