— Él cursi eres tú diciendo esas cosas bobito.

— ¿Bobito, en serio?

Ambos rieron por la situación, se abrazaron por quizás alrededor de un minuto. Cuando estuvieron a punto de juntar sus labios el sonido de la puerta abriéndose los interrumpió.

— Oh, ¿llegué en mal momento?

"¿¡POR QUÉ DEMONIOS SIEMPRE NOS INTERRUMPEN!? AGH". Fueron los repentinos pensamientos de la Luna, a la próxima persona que hiciera eso no dudaría en ignorarla y besaría a Lyan sin descanso alguno, sí, no iba a dejar que nadie más los interrumpa.

El mayor apretó suavemente al menor entre sus brazos y escondió su rostro en el pecho de éste mismo, estaba enojado por el hecho de que siempre llegaban a molestarlos cuando pasaban un momento agradable.

Espera, esa voz, no puede ser...

— Sigo diciendo que estoy bien por mi propia cuenta, no necesito que ese idiota me vigile.

Lyan se sorprende al escuchar eso y da un golpe en la cabeza de Moon para que se mantuviera callado, eso había sido muy maleducado de su parte.

Ambos trabajadores se separaron un poco pero se mantuvieron abrazos, quizás así no serían tan obvios de que eran pareja, aunque básicamente todas las personas a su alrededor lo sabían por la forma en que se miraban y actuaban.

Ahí delante de la puerta que ahora estaba cerrada estaba uno de los mayores enemigos de Moon, desde que lo conoció le habían dado ganas de meterle tremendo puñetazo en esa cara de niño bonito que tenía, Bryan, el mejor amigo de su pareja.

— Perdón, Bryan, es que Damián no se siente muy feliz con tu presencia ajaja... — Ríe un poco dando palmadas en la cabeza del mayor tratando de tranquilizarlo.

Sunny empezó a sudar un poco de nervios, los largos segundos esperando la respuesta de Bryan parecían eternos, creía que se largararia enojado pero lo único que obtuvo fue una carcajada por parte de él.

— Oh vaya amigo, debes relajarte, solamente voy a asegurarme de que estés bien, es todo, ahora... Necesitan mantener un poco la distancia.

Dicho eso el chico de ojos color miel se acercó a ambos trabajadores de la guardería he hizo que ambos se separaran del abrazo que mantenían sin entender mucho el porque lo estaba haciendo.

— No queremos que Sun se enferm-. AUCH.

Damián había actuado sin pensar, había clavado sus dientes en la mano de Bryan antes de que pudiera alejarla por completo, adolorido el chico retrocedió lentamente moviendo un poco su mano tratando de aliviar el dolor que la Luna había causado con la mordida.

— ¡Controla a tu amigo! Me va a pegar la rabia. — Era la primera vez que la sonrisa en la cara de Bryan desaparecía, Moon tenía que tomar eso como un logro.

— No soy un maldito animal, cuidado con lo que dices. — Lo amenazó el mayor de los tres con una gran sonrisa en los labios.

— Ah, no de nuevo... Pueden... ¿Pueden no pelear? ¿Por favor? — Interrumpió Lyan poniéndose a la mitad, parecía decepcionado.

Ambos dirigieron su mirada al chico rubio. Pobre solecito, tenía que aguantarlos a los dos con sus discusiones, y eso que apenas habían iniciado.

— Chicos, lo único que pido es que ambos estén tranquilos solo éste día, necesito volver al trabajo ya que deje a los niños solos por bastante tiempo y seguro ya hicieron un desastre... Voy a tener que recogerlo. — Los ojos del menor se movieron hasta dar con los del mayor de los tres. — Damián, quiero que te comportes, sé un buen novio y no te pelees con Bryan. — Ahora cambió de dirección. — Por favor cuida de él, si necesitan algo voy a estar en la zona de juegos.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Where stories live. Discover now