ꞋꞌꞋ El Sol y la Luna ꞋꞌꞋ

▷ Enfermo

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— Damián, despierta.

Abrió sus ojos, ni siquiera había podido dormir, lo único que hizo en ese largo rato fue removerse de un lado a otro mientras esperaba conseguir una posición cómoda para dormir, cosa que no había salido muy bien.

— Te traje medicina, oh, le pedí a Chica que hiciera un poco de sopa para tí... Espero que eso no te moleste.

— Está bien.

Con cuidado se sentó en la cama haciendo que la cobija resbalara de a poco y solamente estaba cubierto con esta de la cintura para abajo, sintió escalofríos, Sun ríe un poco al ver como la Luna había tomado la cobija y se envolvió con esta ya que aún tenía frío.

La mano del menor se acercó a la frente ajena para poder saber como estaba su temperatura, seguía igual que antes, agradecía que no estuviera empeorando.

— Oh, te traje medicina, Freddy dijo que servirá para bajar la temperatura.

Decía apuntando a una mesita en la que había dejado el medicamento, era un jarabe, el mayor hace una mueca de disgusto ya que estaba bastante seguro de que el sabor no iba a agradarle.

— Mmmm... La tomaré después.

— No, ahora, quiero verte y solo así me iré, ¿sí?

El menor abrió el envase de la medicina y después tomó la cuchara que había traído justamente para que pudiera tomarse el medicamento, sirvió un poco y sin pensarlo mucho acercó la cuchara a los labios de su pareja mientras le miraba con una pequeña expresión juguetona, le parecía gracioso las caras que le hacía Moon.

— Di "ahhh".

— No, ¿crees que soy un niñ-

Sun aprovechó que el mayor estaba hablando para meter la cuchara en su boca, había sido un poco brusco pero lo había logrado, el chico de ojos rojos no tuvo otra opción más que tomarse la medicina a mala gana y al sacar la cuchara de su boca hizo una mueca de asco.

— Bien, estoy seguro que con eso estarás mucho mejor pronto.

— Que brusco, ¿te parece divertido jugar al doctor? — Decía el mayor alzando una ceja mientras le miraba con curiosidad.

Extendió su mano pidiéndole la cuchara a su compañero quién se la entregó en la mano y el menor se encargó de dejarla nuevamente en la mesa al lado de envase de medicina. Lyan acomoda un poco su uniforme antes de dirigirse al chico enfermo.

— Ehm, es que... Nunca tuve la oportunidad de cuidar de tí, me gusta, es como regresarte el favor después de todas las veces en que me has cuidado.

— Cursi.

— ¡Shhh! Estoy tratando de devolverte el favor.

— Pero no tienes porqué, te cuido porque no me gustaría que te pasara algo malo.

A veces detestaba lo sensible que podía llegar a ser ya que con esas simples palabras de su pareja sus ojos se pusieron brillosos y se lanzó hacía él, lo abrazó con fuerza y poco después lo tomó de las mejillas hasta acercarse a sus labios y poder darle un beso que duró un par de segundos.