Perfecto Caos ✔ (Amores Caóticos #1)

Capítulo veinticinco

25 | RETORNO.

♪ Please, tell me I'm your one and only, or lie, and say at least tonight♪
(Por favor dime que soy la única, o miente y dilo al menos esta noche) -Give you what you like. Avril Lavinge.

Debería escribir un libro.

Se llamaría "Razones por las que no debes involucrarte con tu novio falso, especialmente si este es famoso".

A donde sea que voy, está él.

En la televisión, en las noticias, en los anuncios, en los panorámicos, en los putos autobuses.

Spoiler: Termina muy mal. Es literalmente imposible intentar alejarme de su recuerdo.

Maldito Alexander Macovei. No bromeaba con eso de que es una maldición.

Observo el inicio de mi pantalla.

"Hoy, finalmente se confirman los rumores de que dos integrantes de MADE IN THE A.M son los nuevos embajadores globales de la casa de moda norteamericana Calvin Klein"

Se me corta la respiración cuando en la primera foto de la campaña sale Mason.

Mierda.

Unas pisadas me hacen sobresaltarme. Tomo mi pincel mientras la puerta se abre y lanzo mi celular contra el escritorio.

—Buenos... —Inicia a decir Henry Clerk, pero se detiene, ya que el maldito celular continúa deslizándose unos segundos, dejándome en evidencia— días.

Sonrío ampliamente en un mal intento por fingir que por supuesto no ha interrumpido mi acoso matutino.

—Buenos días.

Henry ladea su rostro observando hacia mi teléfono y suelta una risa. —¿Buscando inspiración? —pregunta. Giro a ver hacia el aparato y suelto un jadeo cuando me doy cuenta de que la imagen esta ampliada como si le hubiese hecho zoom hacia su prominente...

—No es lo que parece —balbuceo mientras me lanzo por el teléfono y lo bloqueo. Mi rostro se calienta de inmediato. Solo quiero que la tierra se abra y me trague.

Yo no necesito enemigos, soy mi propia enemiga.

—Oye —Habla encogiéndose de hombros—, cada quien tiene sus métodos. No te juzgo.

Suelto un gruñido ignorando sus palabras y a punto hacia la pintura para que su atención se vaya hacia otra cosa, para mi suerte, funciona. Sonríe y camina hacia ella.

Limpio mi rostro con el dorso de mi mano y tomo una bolsa negra de la caja sobre el escritorio.

En cuanto me acerco, se gira y extiende su brazo hacia mi entregándome una rosa.

—Hoy cumples un mes con nosotros.

Suelto una risa tomándola. —¿Cómo lo recordaste? —pregunto sabiendo que Henry es la persona más olvidadiza que existe.

Se encoge de hombros tomando uno de mis pinceles, se vuelve al cuadro y continúa inspeccionándolo.

—Bennett, te aprecio —dice. Alzo una ceja sin creerme ni una palabra. Su mirada se desliza con lentitud por todo el cuadro. Al principio su exagerada inspección me mataba de nervios, ahora, ya me acostumbré—. Bien, me lo recordó Mary —Acepta por fin haciéndome reír.

Coloco la rosa sobre una pequeña mesa que tengo al lado con pinturas desparramadas sobre ella.

—De todos modos, gracias Henry.