Capítulo veinticuatro pt.2

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24 | DISTANCIA. | PARTE 2.

♪ In silence, no one answers, but i still hear your voice, if you'd only come hold me... ♪
(En el silencio, nadie responde, pero aun puedo escuchar tu voz, si tan solo vinieras a abrazarme...) -In Silence. Janett Suhh.

Un golpe en la puerta principal hace callar a Elliot. El silencio inunda el lugar, solo se escuchan sus pisadas alejándose.

Me pongo de pie observándome al espejo, mi reflejo es alarmante, mi sangre está esparcida por mi piel. Abro el grifo, tomo un poco de agua y comienzo a limpiarme tanto como puedo.

Un par de golpes suena en la puerta del baño. —¿Judith? —El tono cortes y neutro me relaja al instante.

Aiden.

Lavo mis manos tratando de eliminar las marcas rojas, pero no estoy logrando nada. Me veo igual, incluso las partes lavadas aún tienen rastros que no parecen querer ceder. Mi ropa es la peor parte, tomo un poco de papel para intentar limpiar las manchas, pero por más que intento, es imposible.

Soltando un suspiro me resigno y tomo el picaporte abriendo la puerta.

Aiden está recargado en la pared viendo algo en su teléfono. No hay rastro de Elliot.

—Lamento molestarte —murmuro, sintiéndome avergonzada—, no sabía que más hacer, me golpee contra la pared, empecé a sangrar y no quería que Elliot me viera así, para no... asustarlo.

—¿Te golpeaste? —pregunta. Su mirada recorre mi rostro en segundos, viaja de mi nariz a mi mejilla y después baja a mi ropa.

A pesar del deseo de querer encerrarme nuevamente en el baño y llorar, simplemente asiento para lucir más convincente. Aprieto mis manos contra mi bolsa para evitar que se vea algún temblor.

El rastro de gotas de sangre que había dejado ya no está. Supongo que Elliot se encargó antes de que Aiden entrará.

—Sí, y... Elliot, bueno, llevábamos tanto tiempo sin vernos que no quería irse, y dejarme aquí sola. Por eso te hablé.

No parece convencido, pero no dice nada más, simplemente apunta hacia el elevador.

Su indiferencia por primera vez me llena de alivio.

Camino frente a él, entrando al ascensor. Entra en silencio y cuando se coloca a mi lado levanta su brazo hacia mí, cierro los ojos encogiéndome en mi sitio esperando un golpe que no llega. En su lugar llega el sonido de la selección de piso.

—Así que cuéntame, ¿Cómo te caíste?

—Me tropecé y caí, fue un accidente —explico lentamente.

—Qué raro, creí que habías dicho que había sido contra la pared.

Mi respiración se detiene.

»Entonces, Judith, ¿Qué es lo que harás? —pregunta de pronto.

—Ir a casa.

—Eso creí —resopla volviendo su vista al frente—, no, de hecho, no te creí tan tonta.

—¿Disculpa? —pregunto frunciendo el ceño.

—Lo siento, pero tu historia es tan ridícula que es imposible de creer, incluso si no tuvieras sangre, traes un golpe en tu mejilla, tuviste que hablarle a alguien para que te sacara de la misma habitación que él y lo que harás es irte a casa.

—¿Y según tú que se supone que debería hacer?

—Ir a poner una puta denuncia.

Niego soltando una risa seca.

Perfecto Caos ✔ (Amores Caóticos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora