Perfecto Caos ✔ (Amores Caóticos #1)

Extra uno: Emergencia.

1.

JENNIFER.

Me considero buena en mi trabajo, mi mayor debilidad era que no contaba con experiencia, pero mi hoja de vida es probablemente de las mejores que alguien podría tener, creo que eso fue lo que hizo que yo entre tanta gente ganara el puesto temporal de mánager de Made in the A.M.

Cuando lo supe, no cabía en mi felicidad. Quizás no tenía experiencia, quizás era algo temporal, pero las oportunidades que tendré después de estar con ellos, no podría tenerlas en ningún otro lado.

Estaba tan feliz... Trabajar con ellos no podía ser tan difícil, ¿no?

A pesar de que Made in the A.M estuviera en un descanso, el trabajo no se detenía para mí ni para nadie del equipo.

Así que, era imposible que durmiera tanto tiempo, dormía por ratos o cuatro horas máximo, pero esa noche mi teléfono se apagó y dormí por mucho tiempo, y todo apuntaba a que fue un completo error.

Mientras me lavaba los dientes, mi teléfono encendió y las alertas de notificaciones saltaron una tras otra. Salí del baño corriendo como desquiciada solo para darme cuenta de que las notificaciones eran llamadas, y no eran llamadas de cualquier persona, eran de Aiden Cromwell.

Aiden jamás me llamaba. De los cuatro, él era con el que menos contacto tenía. Desde que me incorporé a su equipo me había dirigido menos de diez palabras.

La última notificación fue la más alarmante, era un aviso de seguridad. Un helicóptero había sido usado de emergencia media hora después de la última llamada de Aiden.

Toda la sangre abandono mi cuerpo. Ojalá fuera literal, pero no. Conteniendo el temblor de mis manos le marqué a Cromwell, pero su teléfono estaba apagado, lo intenté con Paxton, Alexander, incluso con Judith, pero nadie me respondió.

A Levi estuve a punto de marcarle, pero recordé que ni siquiera estaba en la ciudad. Igualmente revisé sus registros de su seguridad, y todo estaba en orden con él.

Ni siquiera espere más, ni me observe al espejo, solo tomé mis llaves y corrí. Ignoré a la gente que me hablaba por los pasillos, a las miradas de desconcierto, ignoré todo, solo subí al auto y conduje alarmantemente rápido.

En el camino debí tomar aire hondo y tranquilizarme, pero mi cabeza no estaba de acuerdo porque se puso a enlistar las posibilidades de la emergencia.

Primero pensé que pudo ser un accidente, constantemente están en ese campo de tiro, pero después de pensarlo por otros minutos concluí que no era eso, porque las llamadas eran en la madrugada.

Verifique las tendencias de espectáculos pensando que podía tratarse de algún escándalo, pero no había nada, tampoco tenía sentido, no usarían el helicóptero para eso.

La casa de Alexander y Judith quedaba a dos horas de la ciudad, sin embargo, llegue en una hora.

El sol resplandece y el piso quema mis pies, apenas caigo en cuenta que había salido sin zapatos.

En cuanto llego a la puerta, la golpeo con fuerza notando que también había dejado mi teléfono.

Mi corazón late a toda prisa y mi miedo me advierte de que quizás estoy a punto de saber algo que no me gustará.

No puedo dejar de moverme de un lado a otro, estoy terriblemente asustada, estresada y...

La puerta se abre y Travis Hill me observa por unos segundos en silencio antes de echarse a reír.

—¿Quién te asalto? Que hijos de puta, no les basto con robarte tus zapatos, también se llevaron tu dignidad, ¿Qué es eso blanco en tu boca?

Paso mi mano por mi cara notando toda la pasta dental que había dejado y ahora estaba seca. Suelto un bufido y entro directamente a la casa buscando a alguien.