—No creo que tengas una idea de lo sexy que eres, Adrienne...—afirmaría Landon besando mi centro.

Soltaría un gemido y me presionaría contra él, mis curvas se amoldan perfectamente a sus duros músculos.

—Quiero escucharte decir que me deseas. —diría Landon de manera casi suplicante.

Landon...te deseo.

Él me besa profundamente y yo únicamente cerraría mis ojos, deleitándome con la ráfaga de rayos que atraviesan mi cuerpo cada vez que él me toca. Se presiona contra mi, puedo sentir su dureza en la coyuntura de mis muslos entonces se detendría.

—Abre tus ojos, Adrienne. Quiero que me mires cuando te haga el amor. —declararía con anhelo y pasión.

Abriría mis ojos y envolvería mis piernas con más fuerza alrededor de su cuerpo, señalando mi disposición ante él. Su mano caería entre nuestros cuerpos y tocaría un lugar que haría que me exaltara del colchón con un gemido.

—¿Se siente bien? —preguntaría con delicadeza y procurando mi bienestar en cada toque.

—Maravilloso. Por favor no te detengas. —declararía arqueando mi espalda.

Su pulgar rodea el lugar una y otra vez. Sentiría como se hincharía y puedo sentir el calor líquido extendiéndose en mi intimidad, empapando poco a poco su dedo. Estoy en un espiral, siento que estoy a punto de saltar de un acantilando cuando él entraría profundamente dentro de mi.

—Ouh...Ah...—exclamaría en señal de dolor.

—Espera...¿eres?...—Landon en ese momento se detendría, mirándome con delicadeza.

—Sí, Landon...soy virgen. —anunciaría con un poco de pena.

—Oh, guau. Vaya... —exclamaría con una mirada pensativa y se quedaría callado por varios segundos.

Lágrimas de dolor y vergüenza se filtrarían por las esquinas de mi ojos debido a la vergonzosa situación.

—Lo siento, yo...no era mi intención. —explicaría desviando mi mirada hacia alguna otra parte.

—Shh...preciosa mírame, está bien. Me siento privilegiado de ser el hombre que tenga este honor, prometo ser delicado y te trataré como lo mereces cariño, no haré nada que tú no quieras ¿vale? —besaría mis lágrimas y las quitaría de mi rostro junto con su pulgar.

Asentiría levemente con un rubor extendido por mis mejillas, Landon pasaría sus manos por mi cuerpo, masajeándome y acariciándome, sentiría como poco a poco mi cuerpo se relajaría ante su tacto.

—Dime si esto te gusta. —se inclinaría y trazaría besos delicados sobre mis pechos, su aroma es caliente sobre mi piel.

Inhalaría un suspiro agudo mientras él toma mi pezón en su boca y roza suavemente mi carne con sus dientes.

—¿Te sientes mejor? —preguntaría preocupado, acariciando mi rostro.Asentiría y lo acercaría de nuevo a mi, me arquearía en más de una manera por él. Se mueve delicadamente y de pronto el malestar es sustituido por placer.

Mis manos recorren sus hombros y su espalda cada centímetro, marco su piel con mis uñas al sentir sus estocadas. Mis piernas lo toman cada vez con más fuerza, mi espalda se arquea mientras trato de acercarlo aún más profundamente a mi.

Necesito más...Landon...

La siguiente embestida es más fuerte, más aguda y frenética, a medida que lo siento surgir dentro de mi con más viveza. El anhelo se siente fuera de control cada vez más. Landon retrocede, sus músculos se ponen rígidos...y siento como su cuerpo se estremecería, intuyendo la inminente liberación de dos almas que han estado destinadas a vivir este momento pasional.

Una señal del DestinoWhere stories live. Discover now