Causa Perdida┊Juan Pablo Villamil┊

33- "Amor"

Dos mil dieciocho
Villa

Cuando despierto no está Éster a mi lado.

Después de despertarme completamente se escuchan ruidos en el baño y solo en ese momento me levanto. Tocó la puerta, pero no me responde. Vuelvo a tocar.

—¿Está bien? —le pregunto.

—Sí —dice abriendo la puerta.

—¿Segura?

—Sí —trata de sonreír, pero solo sale una mueca.

Más tarde vamos a un restaurante para desayunar con todos los demás. Al momento de ordenar ella no pide nada.

Cuando llega lo que pedimos se levanta diciendo que tiene trabajo y se va.

Terminando de comer regreso al hotel y vuelvo a escuchar ruidos en el baño, solo que está vez la puerta está abierta y ella está tratando de sostenerse del lavabo. Sus piernas falsean, pero antes de que se caiga la tomo de la cintura y me mantengo así por si las dudas.

—¿Qué pasa? —pregunto.

—Nada.

—Oiga, ayer no cenó y hoy no quiso desayunar. No es normal.

—Es normal para alguien que se ve gorda frente al espejo y se ha provocado vómito desde hace años —dice mirándome a través del espejo.

Lo que dice me cae como balde de agua fría.

No sé que decir porque es obvio que no voy a decir cualquier estupidez.

—Voy a salir —dice haciéndome a un lado.

—Alex —la llamo.

—Villa, no quiero escuchar nada, ya me se todos los comentarios que puedan existir sean buenos o malos. Y no necesito eso de tí, porque tú no eres ninguna de esas personas.

Asiento.

—Voy con usted.

No me detiene cuando la sigo.

En algún momento de nuestra caminata nos tomamos de la mano luciendo como una pareja, como lo somos y no queremos que nadie nos vea estamos en un lugar poco concurrido.

Éster ya está preparándose para su concierto, mientras todos ya están afuera en sus asientos yo vine para verla.

—Estoy nerviosa —dice mientras se mueve de un lado a otro.

Me levanto del sillón en el que me senté y la tomo de los hombros para que me mire a los ojos.

—Todo va a salir bien, amor.

Ignoro la última palabra que le dije para seguir mirándola.

—No va a funcionar si me dices amor —hace una sonrisa ladeada.

Solo basta que me acerque un poco más para hacer contacto con sus labios.

Me alejo antes de que el beso siga para después desearle suerte e irme a mi asiento.

Todo transcurre normal, al término del concierto todos pasamos a dónde ella está.

Después de saludarla y hablar un rato decidimos volver al hotel, Éster y yo somos los únicos que nos desviamos para caminar.

—¿Quiere hacer algo o volvemos al hotel? —digo después de un rato.

Lo piensa un momento.

—Tal vez podemos ir a cenar.

—Sí, vamos.

Encontramos un lugar en el que nos detenemos para comprar algo y decidimos pedirlo para llevar. Camino al hotel vamos comiendo mientras hablamos.

Llegando, en otro intento de abrir la puerta Éster me habla.

—Gracias por no decir nada acerca de lo de la mañana.

Pasamos a la habitación.

—Siempre voy a estar para lo que necesite.

En vez de contestarme se acerca para besarme.