3- "No lo recuerdes"

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Nadie me dijo que el dolor se iba tan lento
Yo quiero odiarte, pero te amo, y yo no puedo
Cómo te olvido, fuiste mi mejor invento

Amor Ordinario - Danna Paola

Dos mil dieciocho
Villa

Llegamos a un restaurante y empezamos a platicar de diversos temas, la verdad no puse mucha atención porque estaba pensando en Éster. ¿Por qué adelantaba su gira?, o ¿por qué no quería ensayar?, digo todos tenemos que hacerlo y sino es eso es la prueba de sonido.

—¡Villa! —dice Simón sacándome de mis pensamientos.

—¡Mande! —contesto en el mismo tono que él.

—¿En qué piensa? No nos hace caso.

—Lo siento, no es nada —miento para que sigan con su plática.

Hoy tenía que ser buen día, no teníamos ensayos, pero teníamos que ir, ¿por qué? no lo sé, pero desde que me lo dijeron se empezó arruinar el día.

Además hoy Éster tenía prueba de sonido.

Cuando llegamos al lugar donde iba hacer el concierto ya estaban ensayando todos, no le tome mucha importancia porque teníamos otras cosas que hacer, cuando Éster termino se me ocurrió una idea.

—Oigan, ¿Qué les parece si vamos a comer cuando llegue Éster? —dije entusiasmado.

—Por mí está bien —acepta Isaza.

—Por mí también —responde Simón.

—Sí… Pero yo invito a Éster —dice Martín.

—Está bien —sonrío.

—Dijo que si —dice cuando regresa— le dije que cuando estuviera lista nos avisará para irnos.

Así hicimos, la esperamos y cuando llego nos fuimos en la furgoneta.

Éster se sentó en la penúltima fila y yo me iba a sentar a su lado, pero Martín llego por atrás empujándome y sentándose ahí.

—Lo siento papo, ¿Se iba a sentar aquí? —me pregunta.

—No, de hecho me iba a sentar atrás —contesto.

La verdad no me quería sentar con ella —que se note mi sarcasmo—.

Llegamos y otra vez Martín me gano y se sentó a su lado, por mi parte me senté atrás. Empezamos a comer y solo escuchaba murmullos desde su mesa, terminando nos fuimos a la furgo.

Está vez Martín se sentó más adelante, volteo y Éster me estaba viendo, la primera vez que lo hacía, cuando vio que iba caminando me sonrío. Me senté a su lado guardando silencio.

En el camino Éster iba dibujando, pero no sabía que, porque cada vez que empezaba arrancaba la hoja. En un momento volteó una hoja y tomo una foto de un dibujo muy bonito así que tome todo el valor del mundo.

—Dibuja muy bien —dije mirándola nervioso.

—Gracias —dice con una sonrisa y volteando a ver el paisaje a través de la ventanilla.

—¿Le gusta mucho? —instantáneamente se le quitó la sonrisa, volteo a verme asintiendo y regresando a su posición anterior.

No dije nada malo… creo.

Llegamos a la casa de Isaza, pero Éster en ningún momento nos dijo que la lleváramos a algún lugar así que nos quedamos todos afuera hablando.

—Gracias por todo, debo irme, pero los luego —dice sería.

—No hay de que, nos vemos mañana para el viaje —dice Martín.

Cierto olvide que mañana viajamos a México.

La sigo con la mirada y volteo a ver a los demás, pero Martín me está viendo serio.

—¿Qué le hizo? — pregunta Martín

—¿Yo? Nada.

Me quedé un rato en la casa de Isaza y después me fui a la mía para arreglar mis maletas.

Causa Perdida┊Juan Pablo Villamil┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora