38: El fin del mundo a tu lado.

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Marley: "El fin del mundo a tu lado."









La brisa del viento provocaba que sus cabellos cortos se movieran a su compás. Sus brazos abrazaban sus piernas y su cabeza se reposaba en ella. No quería saber nada de lo que sucedía, estaba en un conflicto mental con ella misma. Sus ojos celestes que un día brillaron como el cielo, ahora estaban tan opacos un día nublado. Todo en ella parecía estar cansado, ya no aguantaba demasiado. Parecía un fin inevitable. Sabía lo que tenía que hacer dentro de poco, pero no estaba lista para ello. Pensaba en Erwin, pero pensaba que en esos momentos el estaba decepcionado de ella. Su madre se le cruzaba por la cabeza, pero ella solo se cruzaba de brazos enojada y le daba la espalda. ¿Tan mal había cuidado de Eren? Se giraba en su cabeza. Todos estaban muertos, ¿ellos también lo harían? ¿El mundo tenía una mínima esperanza de salvarse? ¿Ella tenía salvación?

Nada en ese momento tenía sentido para ella. Era como si se sintiera el fin. Veía sus manos manchadas de sangre a pesar de que estaban limpias. La palabra libertad poco a poco se iba de su cabeza. ¿Por qué le sucedía eso? ¿Qué pasaba si mataba a Eren y aún así todos seguían odiando a Paradise? ¿Ese sacrificio valía la pena? ¿Eren podría ser feliz alguna vez? Zeke. El también pasaba por su mente, era hora de hacer el jaque mate. Pero para ello tendría que acabar con la vida de sus hermanos. Ellos morirían en sus manos porque así ella lo quería, pero, ¿si hacía eso el mundo los dejaría de odiar? ¿O los terminarían matando a todos por vivir en las murallas? La palabra libertad en esos momentos no tenía sentido. En ese mundo cruel la libertad no existía, porque los humanos se encargaban de sacársela a sus iguales. Un mundo cruel ardiendo en llamas por el humano. Quizás la libertad no existía y lo único que representaba era el sueño del ser humano a ya no vivir más guerras.

— ¿En que piensas?— le preguntó Jean quién se sentó a su lado de la misma forma. El. El era la persona que a pesar de todo siempre se mantuvo a su lado. La apoyo y la comprendió. Pero aún así, sentía que lo arrastraba con ella. El caía en ese hueco sin fin al intentar quedarse a su lado.

— Miles de cosas rondan en mi cabeza en este momento. Creo que me estoy volviendo loca.— admitió apoyando su cabeza en el hombro de Jean.— se siente como si estuviéramos varados en el medio de una tormenta y no tenemos forma de salir. Se siente como...

— El fin.— terminó de decir Jean por ella. Agarró sus piernas y las pasó por arriba de las de él, para luego rodearla con sus brazos.— ¿Estás segura de hacer lo que nos dijiste? ¿Podrás con eso? No quiero que tengas que hacer eso tu, simplemente no quiero que cargues con eso.

Jean de verdad estaba preocupado por eso desde que esa noche lo mencionó. Había entendido a la perfección esas palabras y lo que cargaban. No sabía si era algo que hacía por cuenta propia o por la simple promesa que había hecho de niña. Tantas veces la vio sufriendo por ella, dejándose de lado para recordar a su madre. Que en ese momento solo esperaba que ella lo quisiera hacer por su cuenta y por ser familia. Eso era lo que más esperaba.

— Hablar es más fácil que hacer. Todo se definirá en ese momento. No puedo asegurar nada.— dijo.— Es algo que sabía que tendría que hacer hace mucho tiempo, sin embargo, a estas alturas el tiempo se detiene y hace que mi cabeza explote de preguntas.

— ¿En esas preguntas también está Zeke?— preguntó mientras acariciaba sus cabellos cortos.— ¿Qué piensas hacer con el? ¿Lo harás tú o dejaras que alguien más lo haga por ti?

— Zeke. El siempre ronda en mi cabeza. Siempre me pregunto como se hubiese sentido tenerlo como hermano desde el comienzo. Es por eso que no puedo dejarlo morir en todos lados, quizás este siendo egoísta con el capitán Levi. Pero me sentiría muy mal si alguien más lo mata. Eren y yo somos la única familia que le queda. Es algo que tenemos que arreglar entre nosotros.— dijo Selene. Sus ojos fueron directo hasta su mano la cual fue cerrada y apretada de forma fuerte.— Esta es la batalla de los hermanos Jeager. Uno de nosotros le pondrá fin a esto. Así fue desde el principio, pero muy pocos lo pudieron notar. Y el que gane elegirá el destino de la humanidad. Así fue siempre.

The end of the world | Jean KirschteinWhere stories live. Discover now