15.La fábula de los 3 hermanos

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Me volví hacia Harry, Ron y Hermione. Tampoco ellos parecían haber entendido.

Yo:¿Ha dicho usted las Reliquias de la Muerte?

Xenophilius:Eso es. ¿No han oído hablar de ellas? No me sorprende, pues muy pocos magos creen en ellas. ¡Acuérdense de aquel cabeza de chorlito que estaba en la boda de tu hermano -dijo mirando a Ron-, que me agredió por llevar el símbolo de un famoso mago tenebroso! ¡Qué ignorancia! Las reliquias no tienen nada que ver con la magia oscura, al menos en sentido estricto. Uno simplemente utiliza el símbolo para darse a conocer a otros creyentes, con la esperanza de que lo ayuden en su búsqueda.

Le echó varios terrones de azúcar a su infusión de gurdirraíz, la removió y bebió un sorbo. Todos teníamos las tazas en la mano.

Harry:Perdone, pero sigo sin entenderlo del todo.

Para ser educada, bebí también un sorbo de infusión, y estuve a punto de vomitar; la bebida era asquerosa.

Xenophilius:Bueno, es que los creyentes buscan las Reliquias de la Muerte.

Hermione:Pero ¿qué son las Reliquias de la Muerte?

Xenophilius:Supongo que conocen «La fábula de los tres hermanos», ¿no? -inquirió y dejó la taza vacía.

Yo y Harry:No -contestamos al unísono, pero Ron y Hermione dijeron:

Hermione y Ron:Sí.

Xenophilius:Vaya, vaya, Potters; pues todo empieza a partir de esa fábula -afirmó, muy serio-. Veamos, he de tener un ejemplar por algún sitio... -Paseó vagamente la mirada por las montañas de pergaminos y libros que había en la habitación.

Hermione:Yo tengo un ejemplar, señor Lovegood -dijo Hermione, y sacó Los Cuentos de Beedle el Bardo del bolsito de cuentas.

Xenophilius:¿Es el original?-preguntó asombrado, y, al ver que Hermione asentía, sugirió-: Bueno, pues ¿por qué no nos lees esa historia en voz alta? Así nos aseguraremos de que todos la entendemos.

Hermione:De acuerdo -aceptó Hermione, nerviosa. Abrió el libro y vi que el símbolo que estábamos investigando aparecía al principio de la página. Hermione tosió un poco y comenzó a leer-: «Había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera...»

Ron:Mi madre siempre decía «a medianoche» -la interrumpió Ron, que se había puesto cómodo, con los brazos detrás de la cabeza, para escuchar la lectura. Hermione y yo lo miramos con fastidio-. ¡Perdonen, perdonen! Es que si se imaginan que es medianoche da más miedo.

Harry:Claro, como no pasamos bastante miedo ya... -terció, burlón. Xenophilius no parecía prestarnos mucha atención y contemplaba el cielo por la ventana-. Sigue, Hermione.

Hermione:«Los hermanos llegaron a un río demasiado profundo para vadearlo y demasiado peligroso para cruzarlo a nado. Pero como los tres hombres eran muy diestros en las artes mágicas, no tuvieron más que agitar sus varitas e hicieron aparecer un puente para salvar las traicioneras aguas. Cuando se hallaban hacia la mitad del puente, una figura encapuchada les cerró el paso... Y la Muerte les habló...»

Yo:¿Cómo que la Muerte les habló? -la interrumpí.

Hermione:¡Es un cuento de hadas, Cloe!

Yo:Vale, perdona-miré mi pulsera plateada-Sigue.

Hermione:«Y la Muerte les habló. Estaba contrariada porque acababa de perder a tres posibles víctimas, ya que normalmente los viajeros se ahogaban en el río. Pero ella fue muy astuta y, fingiendo felicitar a los tres hermanos por sus poderes mágicos, les dijo que cada uno tenía opción a un premio por haber sido lo bastante listo para eludirla.
»Así pues, el hermano mayor, que era un hombre muy combativo, pidió la varita mágica más poderosa que existiera, una varita capaz de hacerle ganar todos los duelos a su propietario; en definitiva, ¡una varita digna de un mago que había vencido a la Muerte! Ésta se encaminó hacia un saúco que había en la orilla del río, hizo una varita con una rama y se la entregó.
»A continuación, el hermano mediano, que era muy arrogante, quiso humillar aún más a la Muerte, y pidió que le concediera el poder de devolver la vida a los muertos. La Muerte cogió una piedra de la orilla del río y se la entregó, diciéndole que la piedra tendría el poder de resucitar a los difuntos.
»Por último, la Muerte le preguntó al hermano menor qué deseaba. Éste era el más humilde y también el más sensato de los tres, y no se fiaba un pelo. Así que le pidió algo que le permitiera marcharse de aquel lugar sin que ella pudiera seguirlo. Y la Muerte, de mala gana, le entregó su propia capa invisible.»

La hermana de Harry Potter 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora