— Lo odio, lo odio... ¡Maldita sea, lo odio!

Se levantó de la cama, ni siquiera podía estar quieto un segundo de tantas emociones que sentía en tan poco tiempo, dió un fuerte golpe a la pared claramente lastimando sus nudillos al hacerlo, no se detuvo y siguió dando un par de golpes a la pared hasta que finalmente se detuvo por las gotas de color carmesí que empezaban a hacerse presente en sus nudillos.

Bajó la mirada, su vista se había tornado borrosa en algún momento.

¿por qué de repente sentía que Sun estaba mejor con Bryan? Claro, se estaba comparando con el antiguo compañero de su enamorado y había llegado a la conclusión de que quizás era mucho mejor para Sun estar con alguien como Bryan, quien realmente le hacía saber que lo apreciaba y lo trataba bien siempre.

— Ja ja... Que patético.

— Hey, Moon.

Levantó la mirada rápidamente y volteó a ver directamente a la puerta, ahí logró ver al chico con apariencia de lagarto.

— Wow chico, ¿qué te sucede? Chica me mandó a decirte que te callaras, ya sabes, su habitación está al lado de la tuya.

Moon enseguida limpió las pocas lágrimas que caían de sus ojos, odiaba cuando las personas le veían llorar y más cuando eran unos completos chismosos.

— Fuera.

— Escúchame, no me voy a ir hasta que me cuentes que te sucede.

— Que te importa.

— Oye, solo quiero ayudar.

— Que te valg-.

Sintió unos brazos abrazandole por la espalda, Monty apretaba suavemente su cuerpo contra el del contrario que estaba sonrojado de la vergüenza por dos cosas, que le había visto llorar y ahora por el contacto físico, ¿quién le había dado permiso?

— ¡S-Sueltame!

— Ya ya, no llores bebé grande.

— ¡Quitat-. ¡Mmm!

Ahora la mano del más alto estaba cubriendo la boca del contrario para que dejara de hacer un escándalo simplemente por un abrazo, cuando finalmente se relajó Monty se alejó y se sentó en la orilla de la cama de Moon.

— Bien, dime que pasa.

— No te voy a decir, son mis asuntos.

— ¿por qué golpes la pared? Debes estar muy molesto para hacerle daño a la pobre pared.

— Mira quién habla...

— Lo mío ya es costumbre.

Miró sus nudillos que ahora tenían algo de sangre seca y estaban completamente rojos, seguro en un rato estarían morados y el dolor llegaría a ser una molestia. Monty se levantó segundos después y se dirigió al baño, salió poco después con el botiquín en mano y le hizo una señal a Moon para que se sentara en la cama, no quería discutir así que hizo caso.

— Sun se preocupará al verte con las vendas.

— Ugh, ni lo menciones ahora mismo.

— Wow, ¿problemas de pareja?

— Cállate.

El mayor ayudó a desinfectar las heridas y poner las vendas, sanaria en un par de días pero por ahora tendría que mantener esas molestas heridas en sus nudillos.

Monty dejó el botiquín en el baño y regresó, enseguida dió suaves palmadas en la cabeza del de cabellos bicolor como consuelo, la Luna no tardó en darle una mirada que demostraba molestia, ni que fuera un niño pequeño al que le gustaba que dieran palmadas en su cabeza, ehem, pero si la hacia Sun no tenía problema alguno y lo disfrutaba.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Where stories live. Discover now