ꞋꞌꞋ El Sol y la Luna ꞋꞌꞋ

▶ Celos

— Oh, también tendrás un abrazo Bryan, solo dame un momento, ¿puedes ir por los niños? Tengo un pequeño asunto aquí que tengo que resolver.

Bryan asintió con la cabeza y se alejó para poder ir a buscar a los pequeños diablillos que estaban por toda la zona de juegos, no sin antes darle una mirada a Moon quién no dejaba de abrazar al menor, después se retiró para hacer lo que le pidió el menor de los tres.

— No... No lo permitiré. — Susurró, claramente el menor no pudo escucharle.

— ¿Uh? ¿has dicho algo Moony?

Nuevamente la Luna se removió un poco ahora teniendo completo acceso al cuello de su compañero, se acercó un poco y sin pensarlo dos veces empezó a dar pequeños besos tratando de mantenerse más tiempo con él, todo por que estaba celoso de que Sun accedió a abrazar a Bryan, no quería que eso pasara y pensaba hacer algo al respecto para demostrar que nadie puede quitarle lo que es suyo.

— M-Moon... Espera...

El rubio trató de empujar el mayor, bueno, algo así estaba haciendo, sus manos estaban en el pecho del mayor con la intención de empujarlo pero no había puesto nada de fuerza para alejarlo, sabía que estaba mal pero lo estaba disfrutando y los pequeños sonidos que salían de sus labios eran una clara evidencia de que le gustaba. El chico de cabellos bicolor en ningún momento se detuvo, fue solo un par de segundos en los que detuvo los besos y escuchó como Sun suspiraba aliviado.

Estaba claro que no iba a dejarlo hasta ahí.

En su mente se repetía que no lo hiciera ya que era una clara señal de que estaba celoso, pero quería marcarlo, como hace unas semanas lo había hecho. Sin pensar mucho más hundió sus dientes en la suave piel del cuello del contrario y el solecito rápidamente se aferró a él tratando de ocultar su rostro que estaba bastante sonrojado.

— N-No de nuevo... En este momento...

Escuchó entre susurros por parte del más bajo que ahora estaba temblando ligeramente y no sabía porque razón, ¿quizás había ido demasiado lejos? Sabía que estaban en una zona de niños y estaba haciendo esto, que estúpido de su parte, bueno, pero aún así siguió dando pequeños besos como compensación a la gran mordida que le había dejado.

— ¡Basta..!

Lo empujó ahora sí el menor, pequeñas lágrimas en sus ojos que amenazaban con caer y arruinar su hermoso rostro alegre, no sabía si eran por el dolor o por la bien de lo que se estaba sintiendo con lo de hace unos momentos.

— ¿Qué? — Dijo la Luna algo sorprendido.

— Controlate, está bien que quieras darme besos pero creo que eso ya es pasarse un poco... Por lo menos no hacerlo aquí. — Susurró mirando a todos lados asegurándose de que nadie les estuviera viendo, su mano ahora tratando de cubrir su cuello que tenía la mordida que había dejado el mayor.

— Pero-.

— ¡Nada de peros! Además me duele. — Al notar que le estuvo gritando a la Luna enseguida el solecito se puso algo nervioso. — T-Te quiero y todo eso pero debemos tener límites en público.

— Lyan, ya traje a los niños. — Dijo Bryan ahora acercándose, apenas había regresado y todos los niños estaban detrás de él, aunque no tardaron en sentarse en un círculo dejando un espacio para los tres adultos en el lugar. — Hey, ¿estás bien?

— ¿E-Eh? Sí, todo bien, solo me duele un poco el cuello... — Dijo desviando la mirada a otro lado, estaba ligeramente sonrojado.

— Déjame ver.

— ¡N-No es necesario, de verdad!

El chico de cabellos negros no tardó en quitar la mano del solecito dejando ver la mordida que tenía en el cuello, sin siquiera preguntar quién había sido volteó a ver al más alto de los tres adultos y se acercó hasta el chico de ojos rojos.