Mi contrato, mis reglas [En proceso]

20. El picnic

—Como me podía olvidar si a mí mariposita le gusta todo —sonrió

—Si me gusta todo de esta vida y más me gusta sentir el aire en mi rostro

—Mi mariposita —pone su mano en mi muslo

—Puedo poner música

—Claro —conecto mi celular a la radio del auto pongo la primera canción de mi lista — ¿Cómo se llama?

—Mariposa —dirige su mirada a mí con una sonrisa de boca

Empiezo a cantar mientras muevo mi cabeza de un lado a otro —I'll wait... Till you're home...

Hold a place till you're comin home... Show you where the garden grows... Just ring me when you wanna go.

Henry

Su cabello castaño moviéndose con el viento su sonrisa, sus ojos almendrados, verla así de feliz, cantando hace que se vea dulce, no se le da nada mal cantar. Esta más que claro que esa parte de la canción va para mí. Eda nunca me cansaré de ti, eres única.

—Estamos muy cerca de llegar es mejor que cierres tus ojos

—Ok pero guíame bien para no caerme.

—Claro, claro ahora cierra los ojos -los cierra, estaciono el auto le abro la puerta ella toma mi brazo y empezamos a caminar - Confía no te vas a tropezar con nada

—Si confió solo que tengo miedo

—No es nada malo para que sientas miedo, cuando diga ya abres tus ojos

—Vale —me suelta del brazo me pongo detrás de ella.

—Ya puedes abrirlos

Eda

Al abrir mis ojos veo flores, un árbol coposo y alto que da sombra al mantel de cuadros rojos y blancos que hay sobre el césped, en el hay comida muy rica, fresas con chocolate, sándwiches, pastelitos, un poco de carne, vino y mucha más comida que me demoraría en decir. A unos metros está un lago con su pequeño muelle.

—¿Te gusta? —dice en mi oído

Volteo mi cabeza —No me gusta... me fascina, —lo abrazo — gracias

—No quedaremos todo el fin de semana aquí.

—¿En serio? —digo emocionada

Me da la vuelta —Sí, ¿ves la casa de haya? -toma mi mano e indica con su dedo una casa grande — Ahí nos quedaremos por todo el fin de semana.

Le doy un beso en su boca rápido y empiezo a correr —Nos vemos

—Te atraparé.

Corro por todo el lugar entre más corro más me siento libre, el viento, el olor de las flores, los rayos de sol son lo que necesito para sentir tan liberada. Me quedo quieta al ver una mariposa celeste sobre una flor.

—¡Te atrapé! —me toma de las piernas y me carga en sobre hombro

—Mira la mariposa —le señalo con el dedo nos quedamos observándola — se está yendo, hay que seguirla

—Sí —me baja y empezamos a seguir a la mariposa — Es muy hermosa la mariposa

—Tiene una belleza única —la mariposa empieza a volar más rápido corremos tras ella —mira — señalo

—Esto es increíble —nos quedamos sorprendidos al ver el lugar

—Un santuario de mariposas

—Te estás reencontrando con tu familia